Recorrí desiertos y oasis, navegué por mares y ríos. Anduve por senderos de tierra y calzadas. Dónde me llevara el destino, como aire me deslizaba. Pero dejé de flotar, y de todo lo que vi y sentí, no queda nada.

Olvidé vivir, sentir, amar, amarme… ¡Basta! Me marcho, lejos, me marcho.

Con firmeza doy el primer paso, la tierra tiembla bajos mis pies y un atisbo de vida recorre todo mi ser.

El viaje va a comenzar, no volveré la vista atrás. No importa donde llegue, sino quién seré en aquel lugar.

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