El viaje empieza en la cocina. ¿Puede un olor recordarnos un sitio donde no hemos estado?

– ¿Parecerán también de arena sus murallas? – su dedo índice es ya navío en un mediterráneo de papel-. Cuando llegues, introduce en el muro esta plegaria.

– Si me prometes que atravesaremos la puerta de Jaffa…

-…un día. Desde la torre de David se perderá nuestra vista…

-…donde todos se han encontrado- tiene un pie en la ciudad vieja, el estómago de mi lado-. ¿Y si de postre compro unas baklavas?

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