UN VIAJE EN BARCA

La noche acechaba con sigilo sobre la isla de Borneo. La barca se deslizaría por el río.

Comenzaríamos a adentrarnos entre las casas flotantes. Los nativos vivían hacinados, en pésimas condiciones. Pero parecía no importarles.

La barca seguiría trazando su camino. Leí que todos tenían algo en común: regalaban una amplia sonrisa en su rostro inocente.

La esperanza les hacía dichosos. Entonces comprendí que eso era la “felicidad”.

Estaba deseando emprender ese viaje.

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