Cocino para viajar, y viceversa. Todos los días me despierto pensando si será el día que tenga que armar las valijas para volver a casa. Hoy disfruto del camino que me toca vivir. Porque “vivir la vida” no es como una receta que te puede pasar tu abuela. “Vivir la vida” es cocinar tu propia receta, la receta de tu vida. La mía no tiene más que amor, respeto, confianza, fe, humildad y pasión. Y para poder hacerla sólo hay que mezclar sin apuro todo hasta llegar al punto deseado. Y cocinar.

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