¡Se ha cometido un crimen espantoso!

¡Y lo he sufrido en carne propia!

Aún me duele el golpe por cuya causa estoy vagando en la nada. Por culpa de ese mameluco, salvaje y bruto.

Pero el problema lo tengo yo, aquí, subida en el techo, mirándome desde lo alto de la habitación.

¡Soy un alma en pena!

¡Un triste espíritu!

Veo mí cuerpo aún caliente tendido en la alfombra.

!Todo se acabó para mí! Y debería comenzar éste viaje, mi tiempo ha terminado.

¡Pero no, no me iré aún…!

¡ÉSTE ME LA PAGA!

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