ANHELO, LUZ DE FONDO

Ayer, a la puesta de sol, tuve un pensamiento: en él entraban muchas inquietudes viendo praderas verdes y frondosas; mares bordeando playas de arenas finas; acantilados que la naturaleza resolvía; animales en su hábitat en armonía, y uno de los mayores anhelos: que las armas fueran sustituidas por flores. Y para ello mi espíritu lanzaba un deseo al cielo: que los encuentros políticos para cumbres fructíferas, acabaran por resolver el acuerdo de La Paz.

Y yo, soñaba que proliferaban acuerdos reales para cubrir con un manto de comida toda la tierra… Que desaparecería el hambre en el mundo… Que lloverían ideas brillantes… Que habría que preparar el campo y con la fuerza del corazón – haciéndolo uno y único-, la humanidad volvería a partir de la propia naturaleza.

Las cosas buenas nacen y fluyen de la sencillez de lo básico -pensé. Así las partidas necesarias podían ser cubiertas, naturalmente, así como el equilibrio que sostiene al universo: los hombres y mujeres mantenidos en una misión conjunta, útil e inteligente en proyectos de buen futuro, como fue desde el principio de los tiempos.

Estamos perdidos en la adoración de lo irreal que no nos ha traído nada bueno. No culminamos el proyecto para el que fuimos creados, actuando contra natura, muchas veces.

Creemos conocer el paraíso, más no la manzana, mas puede que algún día la saquemos del canasto antes que seguir contaminando al resto. Tener dimensión de universo, ¿sería alcanzar un mundo en paz, tan necesario como inherente a la vida? Ayer anhelaba lo que la naturaleza muestra, y clara fueron sus lecciones cada día, pero hoy al amanecer, caí en la cuenta que estaba dormida.

El hombre camina por logros individuales, y yo me pregunto, ¿que si en las familias se alcanza orden y vida? ¿Por qué, el planeta de los vivos continúa dormido en un letargo eterno para no ir a favor de la misma?

Lo global es el fuerte anhelo que no llega. Surgen por doquier temores a lo que pueda acaecer en rincones perdidos, en el terror de la crueldad, por guerras interminables que derivan en una terrible destrucción para dejar al mundo sumido en agonía. ¿Camina la humanidad en la verdadera protección de sí misma? A esta partida daría el verdadero sentido: crear una verdadera barrera de defensa en amor. Una sola vida fue el regalo. Desde el principio de los tiempos.

¿Por qué no abrir una puerta para hablar de acabar con las desgarradoras guerras que, desde siempre, solo fueron pérdidas? Es un continúo sueño del hombre en aras a que el ser no muera. ¡Viva!

Cuidar la vida como el mayor tesoro.

Tener la imagen de la tierra como globo, sería tratarlo con suma delicadeza para que no estalle nunca.

Ella nos cuida y nos deleita.

¿Por qué nos eliminamos y también, a todo lo que nos abriga?.

Existe un elevado grado de energía que sostiene la vida, a pesar de todo el mal.

Unidos en cadena en toda la tierra, en un nuevo talante, sería posible impedir que nadie atente contra una vida. Mi grito, sin perder la esperanza. El anhelo de que llegue algún día la protección total a la vida de las personas. ¡Cuánto por unir, queda aún en nuestro planeta!

Venimos desnudos y desnudos nos vamos.

¿El regalo?, ¡La vida!.

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