Se llama a sí mismo»ciruja de la vida».Con unos cuantos años vividos, desestructurado mentalmente, sin predeterminar caminos, anda hurgando en «los contenedores de la existencia».
Curioseando muchas veces encontró cosas de valor y lo que junta lo lleva al galpón de la experiencia.
cierto día se sintió «indigente de sabiduría», y le pesó la pobreza… esa… la del alma…
Miró su carro lleno de cosas que no funcionaban, y decidió cambiar de recorrido, buscar en otros lugares.
Meditando sobre el tema mientras deambula por ahí, estimó prudente vaciar su carro, pues si quería acumular cosas de más valor «no entrarían si estaba lleno»…
Recorriendo entendió que no hay camino, sino «caminos» y agudizando la vista y percepción, comprendió que todos somos cirujas o mendigos, porque dependemos de algo superior.
Las calles ahora las ve plagadas de sus pares, con distintos carros… cada cual con el suyo… y sus diferentes cargas…
Lo cruzó uno muy cargado de cosas que lo hacían sentir importante, solo por «las cosas», esas que se ven, sin valor para el que busca «lo importante» y lo hizo meditar por un momento. Miró su carro vacío y lo limpió aún más, decidido a elegir bien su carga.
Siguió en su nuevo recorrido y en un momento miró para atrás el camino anterior y se dio cuenta que estuvo armando por mucho tiempo el mismo rompecabezas, y fue como engañarse a sí mismo, porque lo conocía de memoria, ya no era ningún mérito, siempre haciendo lo mismo… además, los linyeras conocidos siempre con el mismo tema, harto de escuchar las mismas palabras, frases y cantitos.
Contento aunque algo raro, mira, revisa, elige y coloca cuidadosamente en su carro las nuevas cosas que llevará a su galpón, en el que guarda lo mejor, lo bueno que recogió en otros tiempos.
Algunas veces muestra su galpón a los linyeras que deambulan por la vida, y que entienden de las cosas de valor, por eso las comparte con ellos. Aunque algo siempre guarda bajo llave y solo en raras excepciones muestra el contenido.
En un estante tiene bien acomodadas unas cajas, cada una con su cartelito: «ideas-libros- respuestas- conceptos- ejemplos- verdades- espiritualidad- lo que no ven los ojos- paz- virtud- códigos- perseverancia- adueñarse de las emociones- reir- valor- acción- fe- Dios- salir- reeducarse- amor- ser y no parecer- cambios etc. Eso que acumuló en el andar y separó haciendo limpieza.
Sigue y sigue el ciruja de la vida, hurgando, juntando y llevando a su galpón eso que junta en caminos nuevos, así anda con su carrito, en el que reza una escritura en el frente que dice: «Me dí cuenta que necesito cosas nuevas y un mundo donde respirar la auténtica libertad de ser yo mismo»
Alfredo Macena.
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