¿Hay mejor tiempo invertido que charlar con la amiga en la que confías y te entiende a la perfección?

En la librería a la que acuden frecuentemente Laura e Ivonne hay una agradable cafetería donde acostumbran degustar un delicioso capuchino después de haber recorrido los corredores buscando algún libro que llame su atención o comprar el que ya tienen elegido.

Mientras Laura espera a que llegue Ivonne, camina entre los pasillos curioseando las novedades, de pronto observa a una chica que al tomar un ejemplar del estante se le caen otros más. La chica voltea a su alrededor como deseando que nadie se haya percatado. Laura voltea a otro lado para evitarle una incomodidad a la chica y ésta al tratar de levantar lo que había tirado, tropieza con lo que está en el piso y al detenerse para no caer jala un librero y se viene abajo entre un estrepitoso ruido.

Laura se queda pasmada ante lo que ella calificaría «estar haciendo el peor de los ridículos» y experimenta una terrible «pena ajena» intuyendo que la chica hubiera querido desaparecer de la faz de la tierra.

Al llegar Ivonne, Laura le sonríe y se dirigen a ocupar una mesa al fondo del local.

-¿Alguna vez te has preguntado que hay detrás de la «pena ajena» ? -pregunta Laura a su amiga. Ante el inesperado cuestionamiento Ivonne responde -¿A qué te refieres ó en qué estás pensando? Laura platica lo sucedido momentos antes y le detalla lo que ocurrió en su interior. -Lo mismo me pasa cuando escucho cantar a una persona con toda desfachatez en dizque inglés, o cuando alguien va con el mismo vestido a una fiesta, o cuando abiertamente hace el ridículo quien interviene en una plática sin tener los conocimientos del tema. Al pensar en que yo esté en el lugar del protagonista del «oso» me da tal «pena ajena» que quiero echarme a correr o de preferencia no haber sido partícipe del incidente.

-A ver si entiendo. Te refieres a que cuando alguien hace algo que lo ridiculiza o lo deja en un papel vergonzoso tú te sientes incómoda, apenada, quisieras que eso no hubiera ocurrido? -Inquirió Ivonne. -Así es. Y cada vez que se presenta una situación de este tipo, me remito a un incidente que viví en mi niñez cuando fui a una fiesta de niños y el chico que me gustaba se paró junto a mí y dijo -¿Juegas? yo respondí que sí muy sonriente y sin disimular mi emoción, sin embargo en el momento me di cuenta que no se dirigía a mí sino a una chica que estaba a mi lado. Desde entonces evito hasta donde me es posible hacer cualquier acción que me deje en evidencia, que me haga ver como una estúpida. Es algo que no soporto. Me gusta que la gente me vea como una persona culta, inteligente, centrada, y sobre todo segura de sí misma.

-Ya tienes la respuesta.

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