Todos íbamos corriendo, como queriendo alcanzar algo, yo miraba quienes estaban más cerca,
Para poder preguntar, éramos muchos y no conocía a nadie. Un poco cansado pregunte a una chica que iba con su botella de agua, tomando de vez en cuando, “a dónde vamos?” y sentí vergüenza, pero pronto me sentí mejor cuando me contesto, “no sé, parece que quieren que vayamos a un lugar interesante ,” por otro lado , un hombre que parecía trastornado gritó
“Éste es el fin del mundo”, otro decía “ya viene Jesús, esgrimiendo una biblia”, yo tomaba notas.
Me había unido al grupo al ver una multitud, y ya no podía ver quien o quienes iban guiando adelante, como soy periodista, me intereso, seguí a la multitud que cada vez era más grande. Todos teníamos un motivo, todos esperábamos algo, la mayoría de las veces algo milagroso, en varias oportunidades. Vi madres con niños en brazos, que no podían caminar, a otros los llevaban en camillas. Ya estaba fuera de la ciudad y todavía no sabía quién era el SUPER HÉROE, se me ocurrió que podía ser de éstos gurú que nos querían llevar a donde daba sus enseñanzas, donde tendría su secta.
El gran grupo iba creciendo y ya parecíamos un pueblo entero realizando un éxodo, hacia la tierra prometida.
Habíamos hecho ya varios kilómetros, cuando llegamos a un hermoso campo verde al costado de un río, se respiraba mejor, el aire puro me daba nuevas energías y parecía hacerlo con los demás.
De adelante hacia atrás nos íbamos sentando, adivinando que este era el final, el destino.
Muy muy delante de todo vi un hombre joven subido a una gran roca, y aunque no lo podía oír me dictaban lo que iba diciendo.” Por fin estamos a salvo, vi muy de madrugada en la comisión de Energía Atómica,( trabajo allí,) que se producía una gran pérdida de energía tóxica, avise a las autoridades y decidí salir, salir de la ciudad, vecinos familiares y amigos me siguieron, luego a medida que iba avanzando se fueron sumando, estoy contento casi toda la ciudad está acá, hemos dejado atrás la nube tóxica, me están avisando por radio que se disipara en unas horas debido a fuertes vientos que la llevaran al mar, eso es todo amigos los felicito se han salvado”.
Yo pensé, que no era el mesías, no era Jesús, no hubo milagros, pero ese joven, su valentía y decisión, y nuestra gran avidez de magos que todo lo puede, nos han dado otra oportunidad para seguir viviendo. Sin embargo, un rato después…
El joven pasó por mi lado, lo miré, y su rostro estaba iluminado, se fue alejando resplandeciente de luz.
PATRICIA RUBIN
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