21 de Julio de 1856.
Ana me incentiva de tal modo que mis dedos sangran de escribir. Cada semana me aseguro de enviarle una carta para que no se apague su llama. Porque no se puede estar más adentro de una mujer que cuando vives en su mente. Sus padres no creen que sea bueno para ella, por lo que alguna vez le planteé escapar, pero para ella es muy importante contar con el apoyo de sus padres y mantener el contacto con su familia.
Recuerdo el día que por primera vez la vi hace ya tres años. En la mansión de los Irarrázaval me compraron cinco de mis corderos. Ana con su belleza tierna en ese hermoso vestido blanco dejando ver entre paso y paso sus tobillos, estaba allí junto a su padre. Ella es poseedora de la sonrisa más bella que vi en mi vida. Pero Ana no sólo es hermosa; ella canta, recita poesía, pinta, toca el piano, quiere ser profesora en la escuela del pueblo, es tierna y es una excelente conversadora y amante.
Ana me comentó que su padre está pensando en casarla con el señor Cousiño, un hombre viudo poseedor de una gran fortuna. Ella teme que yo no logre juntar el dinero suficiente para su dote antes de que su padre tome definitivamente la decisión. Por esto ella me ayuda secretamente a juntar esa suma. Si seguimos así, espero finalmente en ocho meses más llegar a la meta y convencer a su padre de que nos permita casarnos. Ya con veinticuatro años y me estoy haciendo muy viejo para casarme.
No sé qué haría sin su amor, si su padre me impidiera casarme con ella. No podría imaginarme la vida con Leontina, la hija de don Eustaquio el panadero, quien ya muchas veces ha insinuado su interés por nuestra unión. Pero no existe mujer en este mundo que me haga vibrar las entrañas como Ana. Y aunque de vez en cuando hago una parada en el burdel, es sólo para recibir un afecto sustituto en la espera.
Una vez su padre viajó a Europa por negocios, una de esas noches ella escapó a mi establo. Al sentir ruido, salí de mi casa para asegurarme de que mis animales estuvieran bien y allí me sorprendió. Esa noche la hice mía por única vez hasta hoy.
Sueño con el día en que Ana sea finalmente mi mujer. ¿El matrimonio es la culminación de una historia de amor? No. El matrimonio es la expresión eterna más grande de un amor sincero y puro.
21 de Julio de 2017.
Ana me motiva a tal punto que tengo tendinitis. Constantemente le escribo mensajes, subo fotos y comento las suyas en su perfil. Porque no se puede estar más adentro de una mujer, que cuando publica su vida con uno. Sus padres no creen que sea suficientemente bueno para ella, pero ella es adulta así que ellos no tienen que meterse y llegará el día en que tendrán que aceptarme. Alguna vez ella me planteó escaparse conmigo, pero luego pensamos ¿Para qué? Si a ella no le importa mayormente que sus padres no me quieran, nuestro amor es más grande y ellos deben respetar su decisión.
Recuerdo el día en que hicimos match en la aplicación. Se veía preciosa en sus fotos con esas piernas que parecían interminables y su escote que dejaba casi entrever sus pezones, los que a través de esa fina tela se mostraban excitados. Pero Ana no sólo es un cuerpo perfecto, ella está a dos años de recibirse de la universidad, es una mujer muy inteligente y popular. Ella hace los comentarios más agudos en las redes, tiene más de 2000 seguidores y por fotografía más de 500 me gusta.
Ana me comentó que sus papás invitan cada sábado a cenar a candidatos para ella; médicos, abogados e ingenieros llenan esa lista. Pero estoy tranquilo porque lo que es de uno, es de uno. Aunque sinceramente me da la sensación de que ella quiere algo más serio y por eso me lo comenta, pero sólo tengo veinticuatro años y me siento demasiado joven para dar un paso más serio.
Si Ana me abandonara, activaría mi perfil en la aplicación nuevamente. Después de todo antes de Ana tuve una veintena de citas bastante candentes. Ana me enamoró por su personalidad, pero de seguro hay muchas más chicas guapas para volver a intentar.
En la semana Ana se queda conmigo en mi departamento, ya que queda junto a la universidad y los fines de semana va a ver a sus papás. En general tenemos una vida sexual saludable y buena comunicación. Ella me ha contado de sus antiguas parejas sexuales y sabe también de mis encuentros sexuales anteriores, lo que me parece normal.
¿Que si sueño con el día de mi matrimonio? No. Considero que el ritual de matrimonio es una manipulación social impuesta como tradición y no soy seguidor de las tradiciones. Las tradiciones obligan al hombre a actuar de acuerdo a mapas predeterminados y quitan el placer, el impulso y las ganas de hacer algo por deseo puro.
Música: Wax Tailor – Ungodly Fruit
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