A veces no sabemos si es verdad o es casualidad. Aquellas cosas que nos pasan en nuestra realidad, porque pasan tan rápido que no nos damos dé cuenta de su veracidad y la asimilación como casualidad pero nunca como verdad.
¿Verdad?, ¿qué es?, si muy bien vemos como los mentirosos ganan votos y los inocentes son juzgados, ¿ entonces para dónde vamos?, será que nos hacemos los sordos para no oír la verdad y la asimilamos como casualidad y no oímos la verdad, para que así nuestra conciencia este limpia de cualquier culpa.
Si, esa culpa que nos carcome vivos, algunos saben cómo sobrellevarla otros por el contrario se vuelven locos con tan solo mirarla, ¿pero que es la culpa?, unos dirán que es todo aquello que hacemos mal y otros aquellas cosas que nunca debieron pasar.
La verdad a veces nos acusa problemas, por ello es mejor vivir en la mentira, claro, no todas las veces, pero si aquellas que nos conllevan al rompimiento de algo sentimental, pero así que nos duela aceptarlo la culpa siempre nos sentencia como aquel tribunal que juzga al acusado.
Pero no todas las veces somos culpables de la verdad, a veces somos libres de ella. Cuando desde un principio sabemos lo que en realidad puede suceder con ella y como esta puede afectar.
Sabiendo esto podemos evaluar nuestro contorno y así saber qué decisión tomar y no lastimar a los que puedes en un futuro amar, porque si lo lastimas puedes causar daño no en esa persona sino en ti mismo.
Pero la casualidad y la verdad ya casi no importa, lo que interesa es la realidad de los hechos, esos que nos permiten saber si la verdad nos hace libres o culpables, porque lo importante es saber si podemos ser librados de ella o ser sus prisioneros…
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