─ Me llamaron Dios.
─ Y también Legión, y te dieron mil nombres más.
─ Me adoraron como un ser celestial.
─ Así como animal, guerrero, demonio y hacedor de milagros.
─ Me amaron.
─ Y de igual forma te culparon desde el inicio hasta el final de los tiempos.
─ Me honraron con oro y mirra.
─ Y te despreciaron con guerras y odio.
─ Fui uno de ellos y me aceptaron.
─ Eras uno de ellos y te rechazaron.
─ Me vestí de dios transformando el agua en vino, caminé con ellos por las cálidas arenas del desierto, los acompañé en el jardín del Edén y en el Huerto de los Olivos, los invité a sentarse a mi mesa para saborear mil néctares.
─ Pero prefirieron tu sangre.
─Me vistieron de seda y algodón.
─Luego te desnudaron y azotaron.
─Adornaron con rosas mis pies.
─Más tarde las transformaron en espinas sobre tu cabeza.
─Me alejaron, y mi luz se desvaneció entre miles de estrellas nocturnas.
─Te marchaste, y la oscuridad se cernió sobre ellos.
─Me dedicaron templos y oraciones.
─También maldiciones en el averno.
─Me ascendieron hasta el séptimo cielo.
─ Y luego te arrojaron del Olimpo, te ataron a sus templos y te hicieron promesas que se desvanecieron como gotas de lluvia en el inmenso mar.
─Les pedí tan poco.
─ Y aun así se negaron.
─Fueron mis hijos.
─ Y tus verdugos.
─ Mis amados.
─ Y tus condenados.
─Los hice a mi imagen y semejanza.
─ Y te arrepentiste.
─Les di la vida.
─ Y te arrepentiste.
─ Les di la muerte.
─ Y te arrepentiste.
─Ya nadie me busca.
─ Ninguno te encuentra.
─Ya no habrá más canciones de gloria.
─ Ni tampoco eternas alabanzas.
─Después de eones o quizás segundos, la oscuridad se cierne vehemente sobre mí.
No volveré a crear vida.
─ ¿Tienes miedo?
─Ya no tengo miedo, solo tristeza y pesar.
El momento de descansar en el sueño eterno del que no se regresa jamás, se presenta inevitable.
─ Tu voz tiembla… vamos, no dudes, es hora de que el vacío reine convirtiéndose en todo.
Las esencias que conformaban el inconmesurable universo parecieron mirarse a los ojos por última vez, casi con tristeza.
Refugiándose el uno en el otro, pronunciaron la eterna sentencia…
¡Hágase la oscuridad!
* La canción es de The Beatles, se llama «Across the universe» y quise hacer un juego de palabras con el título del relato.
** En 2008 la NASA transmitió a través de ondas acústicas esta maravillosa canción en dirección a la estrella Polaris, a 400 años luz de la Tierra. De esta manera la pieza musical en realidad cruzó el universo.
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