Querida madre del alma
Que a la diestra estás de Dios,
No Sabes cuanto he sufrido
Recordando tú candor,
Tú cariño comprensivo
Siempre dispuesta al perdón
De las faltas de tus hijos.
Registrando en el pasado
Recuerdo madre mía
Como sufrías a mi lado
Cuando yo algo sufría
Y como eras feliz
Cuando feliz me sentía,
Te agobiaban mis miserias,
Gozabas mis alegrías
Como toda madre sería.
Me acariciaban tus manos
Y me quitaban las penas
Con ese amor tan humano
Y esa sensación tan tierna
Que me daba tú contacto
Que aun sigo recordando
Y se me estremece el cuerpo
Recordando ese pasado.
De pronto llegó un día
Que te marchaste con Dios,
Una pena me quedó
Que nunca nada ni nadie
Llenará en mi corazón.
Una madre es lo mejor
Que todo ser ha tenido
Y aunque yo se que estas muerta
Yo sigo hablando con tigo
Y te cuento mis problemas
Y aunque no oigo tu voz
Si que hallo la respuesta
Más certera del evento
Para la consulta hecha
Y que feliz yo me siento
Con mi alma satisfecha,
Con regocijo en mi cuerpo,
Con la paz en mi conciencia,
Se me eleva la moral
Y es cuando doy en pensar
Que madre tú no estás muerta
Aunque yo no puedo verte
Si que noto tú presencia
Porque bienes a mi mente
Para darme la respuesta.
Yo quisiera madre mía
Ser un talento genial
Para con toda grandeza
Tu figura yo elevar
Al sitio que corresponde
A una madre buena estar.
Quiero romper las cadenas
Y al mundo entero gritar
Que no mueren madres buenas
Porque junto a Dios se van
Y estando allí no están muertas.
Gregorio Fernández Saborido
OPINIONES Y COMENTARIOS