Colores que se mezclan en un espejo infinito,
una luz intensa acompaña el comienzo y el fin.
Tan distante y poderoso,
tan inmenso y majestuoso.
Cálido, frío, siempre inquieta a la imaginación,
inspira artistas y se gana suspiros.
Su belleza no envejece, ni marchita.
Con su dualidad característica nos vigila en cada instante.
Lejano y anhelado, lo admiramos desde abajo
deseando conquistarlo.
Pero no es de nadie y es de todos,
y siendo uno solo,
sabe atemorizar e imponerse.
Inmortal, espectador de todas nuestras historias
guardián de secretos y conspiraciones,
Justiciero y vengador, luchador anónimo.
Culpable de muchas desgracias, pero jamás condenado.
Hoy, impecable, vuelve a brillar,
a maravillar la vista de muchos
que deciden quitar sus ojos del suelo
para admirar la profundidad del cielo.
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