En el centro del escenario
cerró los ojos,
curvó el cuerpo
suspiró
Tomó el tiempo
lo acompasó.
Su voz vibró cubriéndolo todo
como un abrazo,
abarcando cada rincón.
Los niños callaron,
lloró la alegría
la tristeza sonrió.
La melodía imperiosa
cautivó
Aguijoneando el corazón,
como hace el dolor
Llenando de dicha,
Como la pasión.
Y en la mitad de la canción
El viento se silenció
El cielo sin aliento… se quedó
El mar regocijado…danzó
El cerro se emocionó
Cuando las notas finales
bailotearon en su voz
como si fuera una plegaria,
todos supimos inexplicablemente,
en que consiste el amor.
La Maga entonces
abrió los ojos,
irguió su cuerpo,
soltó el tiempo
suspiró
y enigmáticamente sonrió.
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