Callemos al silencio gritando esperanza,

aupando la palabra a lo más alto,

sintamos la alegría como una picadura envenenada

y vivamos sin sentir que todo se acaba.

De los pájaros su trino,

de su canto la llamada,

de los violines la nostalgia

y de las medusas su transparente aura.

Dos palabras bastan para decir ¨lo siento¨,

con cuatro ¨amor mío¨ y con seis ¨te quiero¨.

Cerca estamos del acantilado,

ya se intuye su precipicio,

mas caer sin hacer nada

es no soñar con tener alas.

Tu pelo en mi espalda,

tus ojos en la mirada,

piel que respira ahogada

susurro sobre la almohada.

Dos palabras bastan para decir ¨te quiero¨,

con cuatro ¨cariño mío´ y seis son demasiadas.

Si mi pecho fuese un volcán

y mi boca una ensenada,

no harían falta los caminos

sino una simple balada.

Despierta está la noche,

siniestra la mañana,

manos que no acarician

son poesía sin palabras.

Y ahora, que toda la luz te acapara,

deja la tristeza a un lado

para cantar como las hadas.

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