Cuando despiertes y no esté, mira en tu interior y me verás.
Cuando duermas y ya no esté en tus sueños, búscate allí donde te perdiste.
Cuando no encuentres consuelo, anímate, que la vida se trata de eso. Aprender a soltar.
Cuando ya no me veas, abre tu corazón, el permitirá que lo hagas.
Cuando ya no me oigas, escucha tu alma, en ella están todas las palabras que salieron de mi boca.
Cuando ya mis labios no besen los tuyos, abrázate, y aprende a amarte como mereces.
Cuando mi cuerpo ya no roce el tuyo, vuela alto para que nadie te haga daño.
Y cuando ya me olvides, recuérdate en aquellos lugares donde te amé.
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