Amor incondicional

Amor incondicional

PILAR SCHMITZ

08/08/2018

Llegaste aquella primavera,

Visita inesperada,

Pero tan grata que cautivó mi corazón,

Te grabé en mi pecho,

Sellamos un amor eterno,

Fuiste mi amanecer y mi anochecer,

Ya sin ti, la vida ya no tenía sentido.

Un regalo que del cielo había venido.

Fueron años felices, hasta que quisiste partir,

Abandonar nuestro pacto de sangre,

Yo no lo entendí,

Pero poco a poco te alejaste de mí.

Fuimos palomas, aves de paz,

Pero de la noche a la mañana,

Invadida por el odio, el rencor

Y un falso criterio,

Abandonaste la cuna que te vio nacer,

Una mano te arrastraba,

Mientras los lazos más primitivos cortabas.

Yo no entendía aquella repentina huida.

Te quería, mi amor incondicional,

No quise ser obstáculo para otras amistades,

Pero tú así no lo veías,

Quisiste ver en mí, un ave rapaz

Mientras entregabas tu alma,

A tu gran amor,

Luché por tener un espacio en tu corazón,

Pero tú te empeñabas en verme como el enemigo,

Me alejaste de ti

Y hoy vivo desolada,

Sin ganas de seguir,

Buscando una explicación,

Una lógica explicación, pero ya todo terminó.

Mi corazón sufre,

Mientras recuerdo tu llegada

Aquella primavera dorada.

Prometo esperar,

A la sombra de un ciprés,

Triste y con el corazón partido,

Pero sonreiré y mantendré la esperanza,

De verte llegar de nuevo,

Y juntar nuestras almas,

Que por obra divina,

Siempre estarán unidas.

Aún en la distancia,

No habrá rencor en mí,

Comprenderé tu locura de juventud,

Y algún día cuando a mis brazos vuelvas,

Sabré que mereció la pena esperar,

Daré gracias al cielo que te trajo a mí,

Y me marcharé en paz y con la gran satisfacción de haber recuperado ese amor

Que en mi permaneció siempre, mientras tú lo ignoraste.

Después de largos años de espera,

Veo la luz entrar por la ventana,

Que tantos años permaneció cerrada.

Cuando tú allí no estabas.

Aquel halcón te convirtió en su presa,

Pero tú solo veías a un galán,

Hubo una época en la que sufrías,

Yo lo notaba, yo lo sabía,

Te quise sacar de aquel pozo,

De aquella oscuridad,

Te di mi mano,

Una y mil veces más,

Bajé a la penumbra contigo,

Pero tú solo pensabas en que yo era el mal

Luché contra viento y marea,

Créeme,

Pero tú nunca así lo viste.

Siempre estabas triste,

Pensaste que era yo la culpable,

Yo acepté tu locura,

Sabía que no eras mi niña,

Eras un ser sin cordura,

Tocada por las injusticias de la vida,

Porque tu alma era pura,

Y te la volvieron oscura,

Y lejos de coger mi mano,

Y caminar juntas,

La rechazaste,

Esperaste a que otra llegase,

Solo querías permanecer allí,

Sin ganas de vivir,

El té saco del pozo,

Yo me alegre,

Al fin volvió tu sonrisa,

Pero pagaste un peaje,

Ya no fuiste la misma,

La inseguridad te acompañó,

Las dudas giraban a tu alrededor,

Buscaste explicación,

No encontraste motivo ni razón.

Decidiste entonces buscar culpables,

Y en esa parte estaba yo,

La que más te quería, la que era incondicional

Descargaste tu ira contra mí,

Y al alejarte de mí pensaste que superarías lo vivido.

Huías de todo aquel recuerdo, en el que siempre estaba yo,

Confundiste la realidad,

Yo no era tu enemigo.

Pero por mí toda está olvidado,

A ti te costará,

Lo sé

Pero hoy nos fundimos en un abrazo

Y eso es lo único que mi importa,

Espero que algún día consigas ver la realidad,

Y al recordar tú triste y dura historia,

Veas en mi alguien que nunca te soltó de la mano,

Aun cuando las fuerzas tantas veces me fallaron.

Sabes que hubiese dado cada suspiro del aire que respiro,

Si tú lo hubieses necesitado.

Solo cuando pasen los años y yo ya no esté,

Quizás te des cuenta cómo todo fue.

Te deseo mil primaveras doradas,

Y que el cielo te de la bendición de un amor incondicional como el que tuve yo.

Hoy ya sin aliento abandono este lugar,

Sé que tú me has perdonado y ya feliz me puedo marchar.

Desde el otro lado seguirá este amor incondicional.

La vida es dura y hay capítulos que ni el ser más poderos puede evitar

Seré estrella en el firmamento y nunca te dejaré de amar.

Aun en la distancia nuestras almas estarán unidas.

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