I

Salto primero a lo desconocido

Es el sentimiento más fuerte

El poder que nos lleva de la nariz

El temblor a lo desconocido

Lo desconocido que no es la muerte

es la vida

que nos desmadeja y nos ovilla

Y nos vuelve a hilar y desmadejar y a ovillar.

es la vida

que nos teje, en el tramado repetitivo

De lo que no, podemos escapar

la sabiduría que nos acecha

nos busca nos llama nos espera

es la vida

II

Escapamos

nos envuelve en su negrura

la ignorancia aprendida.

escapamos de nosotros mismos

nos sentimos perdidos

alejados de la esencia.

tachados corregidos

Todo en nosotros fue reprobado

por

ellos que nos aman

por

ellos que nos educan

por ellos

que nos preparan para la vida

y escapamos de nosotros mismos

III

Escribir

un hacer que da miedo

Tirar el hilo de la madeja del ser

hasta ahí

hasta donde llega nuestro control

manejar las palabras con cuidado

sin despertar océanos dormidos

que no podremos controlar

o ser invocados

oír encantados

a la sirena negada

la sirena monstruosa

que nos hipnotiza con su canto

y nos arrastrará más allá de las fronteras conocidas

desde donde no se regresa nunca jamás

primigenios abismos insondables

donde habitan los monstruos

las bestias de nuestra propia libertad

la voz interna

la sirena que yo quiero escuchar

IV

Y da miedo

sobre la tumba continúa la vida,

el césped verde y hasta alguna florecilla

O solo la tierra yerma gris descolorida

Y por debajo de esa cripta oculta al sol

misterio que nos hace temblar

y trémulos a distancia prudencial

nos quedamos

nos hacemos piedra

piedra de sal

ahogados por la vida

que nos pasa por encima

prisión de sombras

y la vida que sigue su curso

sin nosotros

V

los valientes

los intrépidos

los rebeldes

se atreven

dan un paso más

encuentran y tiran del asa

hasta abrir la caja de pandora

y allí está todo…

lo que debíamos callar

enterrar y avergonzarnos

Lo que debíamos olvidar

y hacer de cuenta que no sucedió

todo lo prohibido lo incuestionable

VI

y me encontré

manantial que no puede fluir

ahogándose en su propia voz

su propia esencia su propia vida

Y me busco

más profundo aún

escarbando debajo de la carne

sumergiéndome

en noche de mi ignorancia

debajo de un cielo sin fin

y sobre un territorio

demasiado vasto

y escarbo

quiero conocerme

o me extraño

Escarbo

estoy dispuesta a conocerme

Y aceptarme

VII

me recuerdo

muñeca metida en su caja

siempre mirando desde dentro

a través del celofán transparente

desde dónde miro y me ven como muñeca

Me recuerdo

Rostro de ángel y cabello que se destrenza

y se desprende de toda atadura

siempre suelto pelo pluma

se levanta

y se mueve

queriendo volar

o tocar el infinito

cabello que no se siente parte de este mundo

como yo misma

que no me siento parte

ni encuentro

la clave del conectar

o escapar de un mundo al que no pertenezco

que no me entiende

no entiendo

ni nos aceptamos…

VIII

despeinada y rota mi caja y yo

muñeca de mirada triste

sin lágrimas ni llanto ni piedad

en un mundo demasiado negro

para un ser tan frágil

barquito de papel en alta mar

grumete inexperto sin tripulación ni capitán

me recuerdo

en mi caja de cristal trisado

rostro de ángel pelo pluma

dentro de mi caja

caja que se fue amoldando a mis cambios

estaturas

y me mantuvo siempre en vidriera

cachetes de rosas rojas

boca de fresa

mirada nostálgica del paraíso

IX

pelo y alma volátil siempre cerca del infinito

inmersa silenciosa

en la inmensidad de la montaña

días enteros conmigo y la naturaleza

Montaña compañera sin peligros

sin vidriera

sin nada que quisiera forzar mi naturaleza

Cara de ángel pelo pluma

cerca del infinito alas extendidas

planeando sobre mi y la montaña

en lo alto las águilas el infinito

y mi paz

olvidada en la soledad

profunda paz

no observada

niña naturaleza

sol viento alas

solitaria libertad

bebiéndome el cielo azul

dormida en los brazos de la tierra

cara de ángel pelo pluma

en el infinito

estoy

X

caja amoldando a las estatura de mi vida

días de colibríes y amapolas

bajo el sol silencioso de la siesta

guarecido bajos sauces

el blanco malacara

y los tábanos pesados

densos girando

las montañas enfrentadas

mi ladera dorada

ladera verde en otra orilla

del lecho fresco y melodía

y más allá

caliente en su huella

el asfalto

ronronear de la civilización

yendo hacia el este y el oeste en su doble andar

y nosotros dentro

a un costado los prados

en los profundo en lo bajo

la montaña quieta

el arroyo bajando sin pausa

sereno en su cauce

o torrencial y a campo traviesa

atravesando las millas y los tiempos

el suyo perenne y los nuestros pasajeros

en algún ayer el mismo jardín

otros pájaros

el mismo arroyo la misma montaña

otros dueños de casa

mis abuelos

otros niños mis padre y sus hermanos

la misma casa el mismo sol

otras pieles otros sueños otras vidas

y aún más atrás en sus ayeres

mis bisabuelos

el mismo sol otros pájaros la misma especie

otras ropas otras pieles otros ayeres

XI

un sueño se había extendido estirándose

por el valle 16 de octubre

el sueño del huérfano

la rama perdida

que anhelaba la tierra y echar raíces

levantar simientes y ser

ser hogar

ser familia

ser patria

ser pertenencia

XII

Dos polizones del Mimosa

los fugados del orfanato del Liverpool

Thomas árbol de cordillera Andina

Y William de la Costa de Madryn

Donde desembarcaron

Y se hicieron bosques

Del que soy parte en el mismo suelo

En el mismo prado a la orilla del mismo arroyo

legua 32 sorbiendo el mismo sol

Que ellos se llevaron en la piel y la memoria

la patria nacida de sus anhelos

Patagonia Argentina y Gales

En mi sangre rebelde e indómita

me recuerdan cada día

En cada suspiro la libertad ganada.

Mandato implícito dignidad negada

a ser esclavos

o ciudadanos de tercera

Ancestros de libertad que viven en mi

son parte de mi identidad única

dolorosa y magnánima

Esencia imperecedera que se completa

con bagaje de mi vida

de experiencias y edades de la historia

las historias nuestras

las historias del mundo

marejadas humanas eclipsadas

llevadas y traídas por becerros de oro

y mesiánicos de todos los dogmas

hacia los verdaderos infiernos de la razón humana.

XIII

En ancestros de libertad vivientes

en la memoria de mi ADN,

me busco cuando me pierdo

o el mundo me confunde

Siempre allí me encuentro en la memoria

Desde donde se levanta toda una vida particular

bagajes sueños etapas finales y comenzares … soy

XIV

Soy traspasando miedos aprendidos

Miedos heredados

y miedos de mi propiedad

Y voy renaciendo, en cada velo que traspaso,

el futuro también da miedo

y lo conocido nos protege

nos sostiene

Nos amortaja

nos impotencia

nos ata

Y la vida que rauda pasa

cortando haciendo hilachas el presente

que hace rato es pasado

y no nos dimos cuenta

XV

vorágine de la vida

galopante sin pausas

caballos salvajes llenos de potencia

que no osamos montar

y vemos pasar

desde nuestra habitación conocida

envueltos en la gruesa frazada de lo vivido

Temblando de miedo

observando a través de una rendija

O una puerta abierta que deja pasar todo al sol

todo el esplendor el brillo

nos invita a la aventura del vivir

sol alquimista incitante

y devorar nuestras existencias falsas

y el vértigo a transmutar a evolucionar

nos hace perder la oportunidad de

gestarnos

parirnos

hilar

madejar

ovillar

el hilo de oro de nuestra esencia

y con nuestro propio material

crearnos una realidad

verdadera

XVI

Y preferimos el frío

el temblor

el sabor amargo

El desencanto

los vacíos conocidos

Los consejos

las prohibiciones

preferimos quedarnos

pesando cada lágrima

cada risa

cada paso de libertad

acto de amor

cada desilusión bronca o enojo

en las balanzas ajenas

del bien y el mal,

que nunca serán

justa para nosotros

XVII

Y los miedos de los otros,

nos cuidan,

los miedos heredados

herencia recibida por nuestros padres

de abuelos que su vez heredaron

miedos de tragedias perdidas en la memorias de los tiempos

y siempre presente, latente en la descendencia

Y repetitivas entre generaciones

están los temores de nuestros padres

vividos o imaginados

presentes a la hora de moldearnos

Y los miedos nuestros

estigma y memoria

pequeñas o inmensas tragedias infantiles

¿Cómo vivir con tantas alarmas,

consejeros,

guardias,

murallas?

¿Cómo conectar con otras fortines,

otros ejércitos temblorosos y ciegos.

batallando en sus guerras privadas ?

XVIII

vamos por la vida, haciendo tiempo

para no arriesgar en lo posible

Y estar a salvo…

vértigo de la vida

y traemos a nuestros hijos al mundo,

guerrero

consejero

muralla

amor

repetimos todo las desde el principio de los tiempos

queremos que sobrevivan

XIX

Y la vida pasa

días húmedos y oscuros

sol siempre naciente

Noches sin lunas

Y otra estrelladas gloriosas

El planeta que nos cobija eclosionando vida

sin cucos que la paren

Ni violentos

ni mutilaciones

nada..

nada

nada PARA a las madres

hacen pasteles con sus penas

la tierra crea islas y corales

porque es su forma de rebelarse

madres que saben

llorar a gritos desgarrarse en el silencio

Lágrimas contenidas de nieve

florecientes de rosas espinas y pétalos

perfumando melodiosas

en un himno sublime

de amor coraje y esa fe de locos

que albergan las madres

Creación fuego dormido

despierta resucita de sus cenizas

y ruge de las entrañas levandose al cielo

fuego de la vida

Madre tierra descansa sumisa

paciente abnegada comprensiva amorosa

siempre contenida y dando

y esperando en su fuero profundo

en la intimidad de su ostracismo,

que retorne una partícula

una chispa

una luciérnaga

una miga del infinito esplendor dado

y calla

se inventa

se mar y se seca en sal

estrangula su ira

se arranca las garras

con las manos aún en carne vivas se hace caricia

y su rugido se tierna, en una nana.

Nana a ellos que la habitaron en su seno, indefensos.

XX

Después de lluvias torrenciales

o sequías inclementes

o las manos infames de los hombres

siempre

los ríos regresan a su a su cauce

recuperando su caminos y sus andares

y ella LA MADRE

se recoge sobre si misma se desliza

se hunde en las profundidades de su esencia

se recupera chispa vital

tapada agonizante de las cenizas

su aliento se enciende

leños inspiradores de su propia llama

flamita blanca, transmuta lila

que consume todo lo vivido

se eriza en su alma dorada

y los colores se suman

energía vida se alimenta de sí misma

crece

y se fogata

reúne protege alumbra

y comienza un ciclo

después de un tiempo ya ido

es parido un tiempo nuevo

llegan inéditos misterios

caminos que hacer al andar

a tientas en la ignorancia

Y amanece concibiendo mariposas

sobre prados verdes

que se alejan y vuelven

con el desenfado y las confianzas

asombro vital

transeúntes de la inocencia

ignorante de su fragilidad y lo efímero

Y entonces la vieja madre milenaria

rejuvenece y luce entre sus cicatrices arrugas

la sonrisa sublime de la paz

La sabiduría

y se estremece de nuevos bríos

Y descansa desparramada dejándose ir

mar

brisa en la hierba y abejas absorben todo su néctar

Y hacen miel

las aves le cantan

Y la flora se enrosca en su piel y la coronan

diademas de exóticas de formas color aroma.

La vida eterna que recibe y despide,

Nos cobija nos aguanta, nos consuela

Seca nuestras lágrimas

Y danza con nuestras risas

Nos despide y nos espera y nos recibe.

susana austin

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