La vida del poeta es observadora,
sentida y llena de experiencias,
como la vida del filósofo,
que sabe la importancia del arte y la esencia,
para hacer llegar… con suerte el mensaje, claro y sin reticencias.

Dicen que un poeta es solo poesía,
qué pena la persona
que no pueda poner ganas
en penetrar puertas y ventanas de la palabra,
pues permite prolongar las piernas en raices
y los brazos en alas.

Suerte en poesia no es posible,
puesto que muere el nombre al nombrarlo,
pues la suerte son acciones
y el énfasis dá el resultado.
Lo llamamos suerte
y al clasificarlo
dejamos de entender para estropearlo.
La suerte solo es arte del que es capaz de reinventarse,
la suerte es creer que todo pasa por algo.

El precio del poeta es un segundo,
y la vida está llena de ellos,
no es rico sin embargo,
pues debe valorarlos.

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