Me atrapas
hacia el fondo de mi ser,
la nada.
Obstinado resisto,
solo vivo mientras voy contracorriente,
el resto del tiempo no importa.
Cuando sequen las lágrimas
que resbalan por tus mejillas
entre los surcos encontraré las palabras del alma,
como el que siente la música entre las notas de un pentagrama.
Aunque solo seas una poesía,
murmullo de abatidos corazones,
resurgirás luminosa del pozo del silencio.
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