Y… pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día

Y… pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día

Mi viaje

– ¡Levántate! Ya son las 11:30 horas. ¡Aprovechemos el tiempo!

Pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día. Ese día era sábado. Día de «hacer cosas que me gusten». Y…pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día.

-¡Me voy de viaje!

Me levanto con ganas, contenta, entusiasmada por el viaje tan particular que voy a vivir. Es mi primer viaje en solitario. Y..pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día.

Nunca he viajado sola porque para empezar no me he atrevido, ¡ah! Y porque la primera vez que viajé lo hice muy bien acompañada y a Roma. Mi sueño de hace muchos años. Fuimos el pasado año. Pero este es mi nuevo viaje, a partir de ya.

Fui a lavarme los dientes, me di una ducha rápida, me puse algo cómodo para iniciar mi viaje. ¡Y allá voy! Y pienso ¿por dónde empiezo? El cuarto de baño. Creo que necesita un lavadito de cara.

Y.. pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día.

Así que añado a mi vestuario unas guantes de látex y una cinta del pelo color blanco. Los complementos de mi vestuario van a juego, en armonía con la camiseta que llevo puesta y, por supuesto, unas chanclas de playa.

Entro en el baño y trapo en mano, empieza mi viaje. Con esmero, rapidita y como el sitio es pequeño, la visión pronto se hace agradable.

Voy a hacerle una foto y la subo en el grupo de «Amigas». Seguro que nos echamos unas risas. ¿Dónde me pongo para salir bien en la foto? De espaldas al espejo, apoyada en en el lavabo y así tendrá unas buenas vistas. Solo pensar en la cara de cada una de mis amigas, se me dibuja una sonrisa de complicidad con ellas.

Voy camino de la cocina. Es un sitio que me han recomendado muchas personas. Y.. pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día. Entro y observo. ¡Está perfecta! ¡Qué maravilla! Miro el cesto de la ropa tranquilamente. Esa parte del viaje creo que me la salto, me da un poco de pereza. Aunque le hago una foto al cesto para añadirla al álbum de fotos y compartirlo.

Voy a cambiar de lugar. El salón, lugar de trabajo, estudio, play station, de sesiones de escuchar música con equipo vintage y de comer. Solotengo que ordenar. Aprovecho y pongo la música. Pongo la música fuerte y me sumo a los cantantes españoles, disfrutando de este concierto veraniego. Se te mete la música en el cerebro y después en el cuerpo. Bailo mientras recoloco lo que hay fuera del sitio. ¡Ja! Y… pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día. Aprovecho para hacerme una foto en mi concierto privado, con cara de felicidad, imaginándome la cara de mis amigas y los consiguientes comentarios y risas vía whatsapp. ¡Cómo estoy disfrutando! Y cuando acabe este recorrido, llegará la mejor parte de mi viaje.

Y… pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día. Me paro a tomar un refresco y me siento en el sofá, cierro los ojos para que la música entre más en mi cerebro. ¡Qué maravilla! Voy a continuar mi viaje, pero antes dejo que termine el concierto y apago el equipo vintage.

Entro en mi habitación, hago mi cama y comienza mi viaje de relax. Me tumbo, enfrente tengo un gran televisor. Conecto mi tablet con la televisión y pongo un nuevo concierto, Adagios de Herbert von Karajan. ¡Una maravilla para los oídos! Cierro los ojos e intento distinguir los diferentes instrumentos en el primer adagio de Tomaso Albinoni, Adagio in G Minor for Strings and Organ. Y… pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día.

Este concierto me incita a leer. Tengo varios libros en marcha, pero para poder disfrutar tanto de la música como de la lectura, nada mejor que leer «Seda» de Alessandro Baricco. Una preciosa historia que se lee en un suspiro, delicada, elegante, envolvente como la seda. La forma de escribir de Alessandro Baricco es única, extraña. Logra transmitirte un monton de emociones sin dar ningún de detalle, sin explicarte nada te lo dice todo. Es como leer el lenguaje de las miradas, es sutil, ingenioso, tenue, perspicaz de todo lo que no se puede decir con palabras y queda implícito, maneja las emociones y los sentimientos de una manera muy elegante a la vez que diferente. Todo eso hace de esta obra de Baricco toda una experiencia.

No creí que esta parte de mi viaje fuera tan dulce y placentera. Estoy tumbada, oyendo un concierto que por momentos consigue que se me ponga la piel de gallina, que pare de leer, suba el volumen para volver a cerrar los ojos y disfrutar de alguna pieza y adentrarme en ella, procurando distinguir un violín, una flauta, una viola. ¡Uffff! Es una sensación de bienestar, satisfacción, calma, serenidad, de plenitud.

Y vuelvo a la lectura de Seda. En ese momento aparece un buen amigo y se presenta en mi habitación subiéndose en mi cama. Es Toulousse, mi gato. Se acuesta a mi lado y al rato empieza a ronronear. Es dulce como lo música y bello como la seda.

Y… pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer este día.

Creo que mi viaje llega a su fin. ¡Cómo he disfrutado cada rincón, los conciertos, la lectura! Era un viaje para hacer sola y estar sola con mi puesta en orden, para acabar leyendo y escuchando un concierto maravilloso. Mevoy a dormir, terminando mi viaje y mañana será otro día.

Y… pienso en milésimas de segundo qué voy a hacer ese día

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS