Y allí estaba yo tan contenta, nerviosa, el corazón no me cabía en el pecho, sentía que me dejaba de latir y de pronto latía con mucha fuerza, hace tiempo no experimentaba nada parecido, a la mente se me venían los recuerdos de cuando pasaba horas de horas pegada al teléfono viendo su foto, era él, el chico perfecto que me esperaba en otro país, bueno no necesariamente me esperaba, ni siquiera sabía que yo existía…
Estaba tan ansiosa en el aeropuerto esperando conocerlo, conocer su país del que también me había enamorado. Era casi imposible controlar mis nervios, estaba subida en una montaña de emociones que no hacía nada más que descender. Me tranquilizaba pensando en esas playas hermosas, paisajes tan armónicos, en aquella sinfonía de la naturaleza que me transmitían tanta paz con solo pensarlo, sentía una conexión muy especial con aquel lugar…
Por fin pude subir al avión y encontrar mi asiento, los nervios seguían, no podía creerlo, estaba a pocas horas de conocerlo.
En el vuelo me topé a una señora con la que hablamos mucho y nos hicimos muy buenas amigas…
Luego de algunas horas, el avión aterrizo y estaba muy nerviosa, en esos momentos me sentía muy agradecida con la vida pues esa mujer y yo nos encariñamos tanto que me invito a pasar esos días con ella, en una casita que tenía cerca a la playa, yo no conocía a nadie y eso sonaba seguro, así que acepte…
Tomamos otro avión para llegar a nuestro destino que se encontraba a una hora aproximadamente de la capital…
Fue muy rápido el vuelo, por lo menos así lo sentí. Llegamos a ese pequeño pero muy acogedor aeropuerto, me sentí muy feliz, como una niña en Disney, tomamos un taxi y pude observar calles estrechas, casas coloridas adornadas con muchas plantas, era hermoso, tal y como me lo había imaginado, la combinación entre ciudad moderna y la naturaleza era increíble, el clima se sentía bien…
Por un momento parecíamos alejarnos de la ciudad, bajamos del taxi y se notaba algo solitario, bajamos las maletas y nos dirigimos a su casa, la casa era pequeña, estaba rodeada de un jardín enorme, parecía una mini mansión. Me instale en una habitación, fuimos a cenar a un lugar cercano, estaba muy cansada y ya quería que salga el sol para salir en busca de mi amor…
Escuche unos pajarillos y sentía la brisa cálida que me abrazaba muy suavemente, abrí los ojos y los rayos del sol tenían ganas de entrar por la ventana, me levante de un salto como nunca lo hago, fui a la ducha, me vestí, muy decidida a buscarlo aun así haya sido imposible. Allí estaba ella tomando el desayuno me invito a acompañarla pero le dije que tenía prisa y me excuso.
Salí de la casa, la sonrisa no me cabía en la cara, busqué en mi teléfono el mapa, no sabía por dónde empezar, así que elegí ir primero a desayunar en el lugar a donde el acostumbraba, era hermoso un ambiente muy fresco y natural ya sabía porque le gustaba, primer intento fallido, así pasaba el tiempo, y yo ansiosa buscando como si algo hubiese perdido ahí, recorrí casi toda la cuidad en ese día y sin rastro de él… Llegue a casa de noche muy de noche después de ir a un bar muy conocido, algunos hombres se me acercaron pero ninguno era él…
Al día siguiente, empecé nuevamente mi aventura, con desgano, me sentía muy mal, aparte de no haber probado alimento eso era lo de menos en ese instante, era mi último día allí, mi última oportunidad, así que nuevamente empecé a ir por los mismos lugares, estaba desesperada…
Sin más que buscar, sin más sueños de conocerlo, me dí por vencida y decidí ir a la playa para contemplarla por primera y última vez, tomé un taxi ya no podía caminar, traté de ocultar mis lágrimas, de pronto empecé a escuchar la brisa del mar, el ruido de los pájaros y sentí alivio…
Camine un poco y luego mis pies rosaron la arena tibia, me quite el calzado, trataba de disfrutar cada segundo ahí, respirar profundo y dejar escapar algunos suspiros, mi único consuelo era el mar, lo miraba fijamente y sentía ahogarme en mis lágrimas tan saladas como ese bello mar, parecía perdida, con la mirada lluviosa y fija, no me sentía bien parecía desvanecerme, tan solo verle los ojos era lo único que quería…
Me senté en la arena a contemplar como el sol se ocultaba junto con mis sueños, se llevaba mis ilusiones, paso mucho tiempo, tenía muchas llamadas perdidas en el teléfono, me levante de prisa, para despedirme de todo ello, de todos esos años anhelando ese momento, la nostalgia se me vino encima, la mirada que estaba en el fondo finito del mar se me inundó, no podía controlarlo, un suspiro profundo se me salió del alma, retrocedí, intente huir corriendo, tenía la mirada nublada, de pronto sentí estrellarme con alguien, casi caigo torpemente al suelo después de ese incidente, pero su brazo me detuvo, puse resistencia para no caer en la arena, en ese momento me sentí avergonzada con aquel joven así que me limpie la cara, lo mire fijamente… Mi corazón se detuvo, sii!! Era él, no lo podía creer, vi sus ojos hermosos, rostro perfecto, tenía una voz angelical y una sonrisa que enamora… me sentí dichosa, me pregunto si estaba bien, le dije que sí, le di las gracias, me presente, de pronto sentí una sensación rara, la vista se me oscurecía, mal momento en el que me desmayé por no haber comido casi dos días…
Desperté en casa, con mamá, no entendía que pasó, ¿el desmayo fue tan grave?- pensé.
Tardé todo el día en averiguar que nada de eso pasó…
OPINIONES Y COMENTARIOS