Un salto hacia el mañana

Pepito era un conejo travieso y distraído, siempre saltando sin tener cuidado, el papa de pepito siempre le decía, ten cuidado pepito pues cada salto que des te llevara hacia un destino, yo tratare de cuidarte mientras este a mi alcance, pero habrán ocaciones en las que tengas que confrontar tu destino, pepito siendo niño las palabras no entendía aunque muchas veces de accidentes y peligros su padre lo salvaba. Un día pepito como siempre saltando distraído, no se dio de cuenta que hacia un abismo se dirigía, su padre se fijo en el suceso que vendría y corriendo en saltos fue a salvar a su hijo, cerca del abismo empujo a pepito, pero por desgracia al abismo callo el papito. Pepito triste por lo que había ocurrido, solo lloraba desconsolado y arrepentido después de un tiempo y sintiendo mucha hambre salio a buscar algo de comer para calmarse, en su camino encontro otros conejos que a sobrevivir le enseñaron pepito siendo niño nunca a su padre le puso cuidado, pero ahora que solo estaba a todo lo que le decían atención prestaba ya no saltaba sin tener cuidado y siempre muy pendiente de su alrededor estaba y así empezó el viaje de pepito por la vida, observando con cuidado siempre antes de cada salto, pues aunque ya no tiene a su padre, hoy entiende la gravedad de sus actos, sea grande o pequeño el daño debe aprender a sobrellevarlo, pero no todo salto puede ser malo, ya que ahora muchos amigos a ganado y aunque su padre no se encuentre a su lado, pepito sabe que siempre lo estará cuidando.