CRÓNICA DE UN LUGAR LLAMADO VARELA

CRÓNICA DE UN LUGAR LLAMADO VARELA

Camilo Polo

07/07/2017

Vivir a orilla del mar es un privilegio para muchas personas, se disfruta de primera mano los beneficios de tener un inmenso mar para el deleite de propios y turistas, además es un lugar donde se puede practicar deportes, pero mi gran fascinación es un pequeño corregimiento en el Magdalena y que para llegar allá debemos pasar por la interminable Ciénaga Grande del Magdalena, que es el suministro principal de alimentos de los pueblos ubicados a sus orillas; ahí encontramos varios negocios de pescado, camarones, miel de abejas y almojábanas.

Varela esta surcado por la Sierra Nevada de Santa Marta, pero antes de llegar allá es característico el aroma a aceite de palma y el de guineo verde por las innumerables plantaciones que se encuentran de los mismos. La región es una zona importante en la historia del país, muy cerca de Varela se firmó en una finca el fin de la guerra civil entre partidos políticos. Ahora bien, el pueblo tiene 2 entradas, una es la carretera Ciénaga-Valledupar y la otra donde pasa el tren de Cerrejón, que anteriormente fue un medio de transporte donde generaciones anteriores a mí lo disfrutaron para abastecerse de alimentos, mercancías, visitar a familiares y uno que otro borracho que se quedaba dormido en las estaciones.

La línea del tren constituye una vía más rápida para llegar a pueblos circundantes de Varela, el paisaje es agradable en las mañana donde se ve el sol apareciendo por las montañas siempre acompañado por campesinos que pastorean sus vacas, otra imagen que encontramos es ver a muchos jóvenes y adultos adaptar una pequeña plataforma de tablas y valineras que permite transportarse con mayor rapidez, y otra particularidad es que se constituye un punto de encuentro casi que obligado para muchas parejas de enamorados donde la luna y las estrellas son los únicos testigos de aquellos eventos.

Varela esta bañada de una corriente de agua que es de tanta importancia para el pueblo que cuando se seca los habitantes pasan días muy amargos, la “Sequia” como es llamada es visitada todos los días del año por personas que recogen agua para el quehacer de las casas, también sirve de fuente para muchas vacas que llegan para tomar y soportar las altas temperaturas, otros lavan sus motos, al igual que varias Amas de casa que lavan sus ropas y sus platos. Pero esta pequeña corriente de agua día a día es visitada por incansables niños y niñas que juegan y se bañan durante varias horas, tanto es así que a más de uno se le olvida que en casa los espera una madre preocupada y preparada para darle unos cuantos chancletazos.

En las horas de las mañana Varela parece una ciudad agitada, en la mayoría de las casas, las amas de casas madrugan para prepararle el desayuno y el almuerzo a sus esposos, muchos de los trabajadores se van a sus fincas en motos, bicicletas, a pie y anteriormente en burros; proliferan la venta de fritos, bollos, abono y el olor a leche de vaca recién ordeñada. Esta imagen de los trabajadores hiendo a las plantaciones de guineo por caminos polvorientos no ha sufrido tantos cambios significativos porque desde hace 100 años el trato del guineo ha sido parte de su vida.

El pueblo tiene un colegio que se está cayendo a pedazos, debido al olvido del estado y también de los gamonales políticos que no hacen nada por la educación del pueblo, tanto es así que ya está en construcción otro colegio pero que ya este cuesta el triple del costo inicial, y qué decir del acueducto que esta aun sin estrenar y pareciera que su función es adornar la imagen del pueblo, este tipo de hechos es característico de nuestro país. Las personas se refieren a este fenómeno tan reprochable de manera jocosa, dicen: “¡Ese colegio lo terminaran en el año Upa!” Ojala y los responsables hagan su función para que los niños disfruten de este nuevo colegio.

Lo más lindo del pueblo es su gente amable y sencilla; tanto es así que es familiar ver a muchos vecinos en sus labores, unos arreglando cercas, otros labrando la tierra o tomándose un buen café cerrero, siempre tienen tiempo para saludarnos con un simple: ¡Buenos días Compa!. A pesar de que el pueblo cuente con un mal servicio de energía y agua potable los habitantes son muy unidos. En Noviembre son las fiestas del pueblo, siempre armonizadas por las misas hechas en la pequeña y aunque sencilla capilla, no caben la cantidad de personas que asisten a la eucaristía.

Hoy este bello lugar esta coartado por unos señores que se adueñaron de el a punta de terror, muchas familias han sufrido de cierta manera las consecuencias de este mal, anteriormente las familias solían sentarse en la terraza y conversar pero hoy es un riesgo, otro aspecto es que han venido corrompiendo a los jóvenes, ya están en el mundo de las drogas, no quisiera pensar cómo será de ese lugar en años adelante.

Sería una alegría propia regresar a ese lugar y caminar sus calles empedrecidas y volver a ver ese lugar mágico en el que todas las mañanas están acompañadas en lo que parece una sinfonía sincronizada de miles de pájaros silvestres y disfrutar de la paz que se respira en el campo. Varela es un lugar deslumbrante que debemos visitar y paso obligado para deleitar de la cantidad de recetas que se pueden hacer con el guineo verde.

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