En el siglo XXI la tarea más ardua y tediosa al buscar trabajo es, precisamente, tener que hacerlo.
Quedarse sin empleo es tener que picar mil puertas para que te abran 3, y te cierren 4. Las vueltas y vueltas que le das a tu curriculum tendrían que convalidar 1º de administrativo, y máster en fotografía, porque intentas hacerlo más y más atractivo, más completo y menos extenso. Buscas tu mejor perfil 40 veces, y al final pones la foto que menos te desagrada porque nunca sabes si es tu cara la que no les gusta. Quitas una frase de aquí, la resumes de otra manera para decir lo mismo, y todo eso que no pase de un folio aunque lleves 20tantos años trabajando.
Pasada la criba de candidatos, un día cualquiera te llaman y vienen las entrevistas. Que también podrían convalidar a ciertas alturas un curso intensivo de RRHH. Igual que ellos me examinan yo he hecho un curso acelerado de Mensaje no verbal, y sabes cuando te van a rechazar antes de que calientes la silla.
Cuando este ejercicio se alarga en el tiempo te crecen las dudas de que será lo que estás haciendo tan mal, si será tu ropa, si tendrás que maquillarte más, si tendrás que hablar menos, si tendrás que hablar más, si tendrás que decir Si cuando es No, o tendrás que decir Claro que no ! cuando quieren oir Por supuesto !
No sabes si te ven muy vieja, no sabes si te ven indomable, no sabes si tu acento no les encaja, solo sabes que toda la experiencia que aportas no les termina de cumplir para llenar ese puesto, que parecen necesitar un ingeniero de la NASA con experiencia y que no pase de los 30 años, pero en su oferta dice clarísimamente -Te Necesitamos a ti. Pero no saben leer mi CV entre lineas.
Miras el anuncio de nuevo, no vaya a ser que te hayas equivocado y estés postulando al puesto de la NASA, pero no, no, es el puesto que buscabas y que ellos quieren cubrir. Pero te dicen que No.
Y te vas por donde has venido, pensando en que muchos rechazaron a los Beatles, o a Meryl Streep por su falta de olfato técnico. Y así te ves reflejada en la ventanilla sucia del tren y no dejas de pensar que si fueras Ringo no estarías dando vueltas como lo estás haciendo.
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