Un día más en la oficina. Rodeado de tampones de caucho, legajos, pergaminos y papeles manila. Vegeto en la Oficina de Patentes y Marcas donde trabajo como Inspector Técnico de Tercera Clase desde hace años. Me han negado la ansiada promoción a Técnico de Segunda Clase y sigo como funcionario mediocre, al final del escalafón.
Cuando quebró el negocio de electricidad de papá me fui de Milán a Suiza,a preparar mis estudios en el Politécnico.Pero suspendí la primera convocatoria. Luego, por los pelos, pasé el examen, pero mis pilosos apéndices quedaron de punta del miedo que pasé…y tras cuatro años de penurias, logré esta plaza de funcionario en Zürich.
Llevo una vida frugal. Un funcionario mediocre en un mundo sepia de patentes y marcas. Pero nos da para vivir. Me enamoré de una húngara medio coja, por una afectaciónde la cadera, Mileva. Vivimos en pecado durante un tiempo y nos vino una hija, que luego tuvimos que dar en adopción, por no poder mantenerla.Nos casaremos cuando podamos, pero me temo no volveré a ver a nuestra hija…
Sobrevivo con mis zapatos llenos de papel de periódico, con un traje remendado múltiples veces y con el sabor acre e hiel del fracaso.
Soy pacifista y renuncié a mi nacionalidad alemana para no tener que hacer la mili.
En cuanto puedo, me desconecto y me evado de éste mundo y me dedico a ensoñaciones oníricas y vivo en mundos virtuales. Creo agujeros negros por donde escapo de la realidad chabacana y monótona del día a día, mientras sello y registro copias de entrada de documentos, planos y daguerrotipos de cientos de personas más listas que yo. Subsisto conmi ridícula nómina y luego salto al espacio interestelar demundos formidables que estallan como fuegos artificiales en mi cabeza. Y siento esta desgarradora potencia del genio desmedido que implosiona en mi cerebro como una supernova interna superponible al mundo vivencial íntimo al que nadie puede llegar Es el últimoparaíso alque sólo dejoantrar a mi imaginación. Y es lo que me da la vida. Y lo escribo todo en un cuaderno azul. Como Aznar.
He enviado mis reflexiones místico gnósticas y pseudocientíficas a una revista académica:Annalen der Physik.
Mi trabajo lo he titulado: «Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento». Sin notas ni pie de citas. A capella. Casi no tiene anotaciones matemáticas. Y sólo me ha ayudado un poco mi colega Michele Besso. He llegado a esas conclusiones por pensamiento cristalino puro , sin más.
Ya veremos que pasa. Supongo que mi artículo ni lo leerán y recibiré la cortés carta de rechazo habitual. El agrio sabor del fracaso.
Un saludo de vuestro amigo:
Albert Einstein.
Ah, por cierto, el artículo lo he subtitulado como «Teoría Especial de la Relatividad».
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