El soldado

De nuevo a la rutina que me aflige,

de nuevo a empuñar la espada que corta mis sueños,

que derrama sangre mientras corta el viento,

de nuevo en este cuartel por reclutamiento,

con la esperanza de ver de nuevo,

quien toca mi corazón con un beso,

quien con su pensar extraño me hace divagar entre sus parpados,

entonces desperté todo sofocado,

estábamos siendo atacados,

tome mi espada y a matar paganos,

cuenta me di, que un pecado es un pecado así se haga en voluntad de dios,

mi mundo se detuvo en un momento inesperado,

vi pasar mi vida a mi costado,

entonces, como no dejar caer esa arma blanca en el fango,

como no volverme etéreo, y flotar entre el pensar de quienes sin piedad se hacen llorar al ver brotar la sangre de sus venas,

el corazón ahitado,

el pensar en blanco,

las manos temblorosas,

y mis lágrimas brotando en este horrible día de trabajo,

con la esperanza de sentir tus labios, antes de extrañarte con lágrimas en la cara y rodillas sobre el campo,

y mi cabeza sobre esa lapida de madera entre la niebla espesa,

espero ver luciérnagas esta noche a tu lado,

espero termine esta barbarie y desayunar agarrados de mano,

el corazón de mi hada está flotando en mi pensamiento,

como el destino no deja que sea más etéreo,

como sigo cortando cuellos,

se respira la presencia de ares en este campo,

si dejo la batalla me come la vergüenza y las palabras,

tanto pensar me ha hecho imperfecto,

he caído al suelo,

puedo dejarme morir, pero en un cementerio no miro tu rostro de nuevo,

o me permitirá dios verlo después de tantos pecados a su honor?

mi cuerpo frió e inerte es uno más del montón,

sin imperfecciones solo una espada en el corazón,

llegue a oler el roció entre tu cabello,

una gota de pincel rodó por mi mejilla,

y la rosa color sangre que se posa en tu boca, brota en mi corazón y reposa en el combate.