En un lugar e insigne explanada, ante la congregación de buen número de público, dos músicos bajo una carpa, el presentador se olvidó del nombre artístico y por megafonía sonaba:
—A continuación les dejo con el baile amenizado por …….. estos dos muchachos —
Y comenzaron las andanzas de un duo de versiones, con resultados de oficio a continuación se sucedieron en actuaciones.
En aquel bar, un lugar capaz de olvidar el mundo exterior por un momento; decorado a base de palmeras exóticas y maderas bien puestas, plantas arregladas y frondosas. Muy concurrido, regentado por madame y directora. Camareros y camareras uniformados, señoras y señores en disfrute del bar y del escenario.
Primera linea de Puerto Banús, paseo marítimo adentro…. se encontraba la discoteca «El Mambo» de Espartaco, el actor y empresario se subía en el escenario dando imagen al duo nuestro, agregando las congas, pañuelo en cabeza; aquel año en un salón. ¡De espectáculo!
Compartiendo escenarios con el cantante de fama. A partir de mañana, en repertorio entre tablas con el pianista del siglo o el humorista de turno en el candelero.
Anécdotas miles, y en aquella convención del Hotel Andalucía Plaza cometí un olvidó un día: quitar la máquina de humo saltando la alarma desde el sensor, sonando a kilómetros de distancia en el retén de los bomberos. El director con las mano en la cabeza; no hubo foto porque no se veía ni un huevo; ni melón con jamón recién puesto, ni un alma en el salón de los comensales que pasaban de quinientos.
En hotel Kempinski fuimos cómplices en la actuación primera; de un cantante con sólo ocho años. El padre lo grabó y se hizo famoso. El video de Civera, a buen visto en algún telediario.
La cantante de moda estaba de comensal, su disco numero uno en éxito del verano, ««Las flechas nada menos»». Le pidieron que cantara la canción. Y terminó con nuestro grupo; sencilla y naturalmente, cantando.
Habrá curriculum mejores, sin duda peores, dudo como el nuestro, pan de cada día, tan sentido, tan currado, tan viajado, tan para tanto.
Una llamada de teléfono terminando una actuación en fiesta de las «viejas glorias«, para ir a la cárcel. ¿Como? —Sí un cumpleaños—
¿Quien es usted? —Mire me han dado este número de teléfono, quiero contratar el grupo…. es en la cárcel el cumpleaños. — ¿Cuanto cuesta? — Tanto. — ¡Hecho!— ¡Vaya jaleo este viernes!
Y ahora que apetece otros aires y éste post-curriculum quede, a cuantos y a cuantas a buen seguro; hubo palmas y pasajes grandes, algún que otro desaire, pero de contarles; también las vicisitudes del público que es espontáneo y fiel a sus ideales. Se traduce «en el aplauso» o nó; la de quel hombre de intachable comportamiento, pero pidiendo, en toda la noche, una de ‘Los Chichos’. Ni bailó, ni comió, ni bebió, ni habló, ni cantó, en toda la noche, a pesar de la pista llena con cha cha chá, sevillanas, cumbias, rumbas, baile de salón. ((Se perdió el Baile))… pensando en Los Chichos que no vinieron, estaban en otra parte.
Ahora, presto a la prejubilación en un gran oficio altruista, justo a caractéres de alcances kilométricos y enriquecedor de ensueño inmenso. De excepcional buen trato en general, el de las gentes. Atrás quedaron lugares a conocimientos adquiridos, dobles conversaciónes, personajes alto sano; significado consciente, preferencias nuestras y de las gentes, también los hubo con carrera de cateto.
Hubo magia en lugares de Castilla-La Mancha, unos vestidos de época sensacionales y sorprendentes que utilizaban como disfraces en carnavales. Superior la ruta aquella. La misma del hidalgo y noble caballero, Sancho y Rocinante. Vino exquisito, cordero y queso; una plaza con siete mil personas. ¡Qué noche la de aquel año!.
Para personajes…….aquellos que estaban en la cena, Gil y Gil nombrado recién alcalde. Yo músico y espectador en el restaurante del Libanés; la velada se hizo llena de periodistas, aunque las cámaras apuntaron al mismo sitio. La feria fue a posterior con el partido ganador, enmoquetaron el suelo en la caseta del edil. Hubo música.
Hotel Pueblo Andaluz, con el maestro a la trompeta, máximo reconocimiento y condecoración en escena. El Maitre ordenó «champán para los músicos» No pasa a diario, el camarero llevó champán al escenario.
Terrazas de turismo, hotel e Imnserso. Residencias, cenas de golf, complejo naturista, clientela al desnudo diurno, baile y cena nocturno.
La noche vieja de la fabulosa residencia y mandos de la legión, y el ascensor que se paró. Atrapados en el tiempo, a la hora propia, justo salimos a gatas con la palomita puesta en la emergencia, para dar las campanadas a las doce…. y por los pelos.
Verano. Circuito provincial con patrocinio de una conocida marca. En tierras lejanas, encuentro con mi vecino de toda la vida. Él allí también…. en la actuación en el Puerto; sorprendido y extrañado, y yo en la caracterización implícita del oficio.
Avioneta de Melilla, dirección Malaga, a las ocho en Cartajima, después de la regatas.
Fiesta del Níspero en Sayalonga, entre un rosario de pueblos en el verano de aquel año.
Actuaciones insólitas:
En restaurante Tailandés y Resort golf Doña Lola.
¡Quien lo iba a decir! el tiempo ha pasado tan pronto y hechando cuentas… ya nos hemos enterado de disciplina, geografía y ciencia, un poco de historia y lo relativo a la profesión en conciencia.
Procede prejubilarse, las generaciones vienen pujantes, el tiempo pasa, nada queda en el camino dijo el poeta: excepto la cosecha, verea, carros y carretas en la siembra.
Cómplices de la sociedad, suceptibles a la novatada con valores añadidos a la experiencia. A toda propiedad del amor propio, no exento. Ni mucho más, ni muchos menos.
Hubo actuaciónes empíricas, no hay acontecimiento mejor que la ilusión, ni espectáculo peor que el espectador en cierto descorcierto.
Y quien lo diría, si me callo no lo digo; un escenario emocional, exclusivo para un relato y la experiencia rica rica, extraordinariamente rica.
FIN
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