Bostezos de líneas paralelas desiguales,
economía de resultados, balances igual a cero.
Cambio el led por una vela y da igual
porque al final nada se presenta en «point».
De hacerlo, calla, oculta sus artes marciales
mientras en la luna asoman lanzas.
La escala se rompe. Desciende a pulso
el cenicero de los huesos
hasta hacer sonar el hígado
por un momento en Finlandia.
Corto vocales en el molino,
las aspas andan por la oficina
de la calle del Barco,
y en los cuatro caminos
desaparece la línea bajo nuestros pies,
atada a los cordones del mes de mayo.
Clausura a las siete y cinco
por pantalla de microfibra aseada,
un troll hinca pasteles sin gluten y vino francés
sobre la bolsa del mundial ochenta y dos.
Rúbrica de Gopro Hero
en el gorro de dormir del Quijano
más obeso que mañana.
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