Amanecer lluvioso, gris, desde la ventanilla del asiento trasero del coche se ve a los que van a reponer la carne a los puestos, a la misma vez se recogen los que ya han vendido la suya. Todos con el mismo semblante en la cara agotados, serios, pensativos, todo duro. A ninguno le gusta su sino.
El ritmo de house lento, cadencioso, suave de Faithless se escucha en el coche, los cinco mirando cada uno por su ventanilla sin hablar. La noche ha sido como siempre, perfectamente olvidable.
El coche devora las líneas blancas que separan los carriles a toda velocidad , al pasar por las calles anchas con edificios altos a los lados del centro de la ciudad se ven los cristales con vaho, cama grande, sábanas blancas, pechos operados, sirvienta Filipina, carillas de porcelana, culo duro de Fitness, Body Pump, Cross Fit… o cualquier otro deporte de gimnasio-al- lado- de- casa que practican las cuarentonas con pasta y mucho tiempo libre. Lo gracioso de estas mujeres es que desde que empezaron a andar hasta los treinta, no han practicado deporte alguno, pero sin embargo cogen con verdadero entusiasmo el hacer abdominales con guantes de boxeo y chorradas del estilo . Duerme de lado para no rozar el culo gordo del dentista con clínica, abogado del estado con los cordones de los zapatos apretados hasta casi romperse, publicista con dos dias de Padel a la semana y conocimientos de nada. Este último no suele leer el periódico, eso es más de directivos, él es de ojearlo y estudiarse las características de la tablet blanca que va a comprarse.
El coche se encamina como un diablo hacia la M-30, giro a la derecha, incorporación, acelera 130 km/h, acelera 160 km/h. Todos seguimos callados cada uno mirando por su ventanilla. Raf el copiloto saca una funda del CD y empieza a volcar una papelina.
-¿Unas rayas chavales?-. Dice mirando hacia atrás, con una sonrisa dibujada en la boca.
-A mí ponme una puntita-. Responde Cul, el conductor, mientras conduce a toda velocidad hacia la A3.
Rubio, el que va en el centro, asiente con la cabeza. Rubio fue jugador de Rugby en el instituto, además de eso, es un tío con una inteligencia por encima de la media. No fue a la universidad porque no sabía que iba a hacer con su vida. Hoy 9 años después todavía no sabe donde va.
-A mi nada de puntitas, lo que me toque-. Este último es Luca, pelo rubio y largo, recogido con una coleta. El hermano menor de una familia con tres hijos, dos hermanas y él. Las mujeres de la casa le adoran, y él quiere a todas las mujeres, a sus hermanas también . Trabaja con la moto repartiendo. Tiene dos motos, una Suzuki 500 naked para trabajar, y una CBR 900 para disfrutar los Domingos por “La Cruz Verde”, y en Mayo por Jerez.
-Yo paso-. Respondo sin dejar de mirar por la ventanilla. Joder a 180km/h es imposible diferenciar los árboles de los laterales de la autovía, parecen arbustos de 7 metros de alto, un arbusto continuo enorme, una valla verde.
La noche ha terminado. No entiendo como pueden seguir poniéndose hasta 5 minutos antes de meterse en la cama.
Estar echado mirando el techo hora tras hora. Tu novia, hermano, madre, haciéndose el desayuno, y tú mirando el techo. Tu padre duchándose, y tú mirando el techo. Todo el mundo en la calle, tú masturbándote. Como si te hubieran pegado los parpados superiores a las cejas con grapas. Paso prefiero dormirme.
Salimos de la autovía, curva a derechas , tres semáforos por la avenida principal del barrio. En la rotonda de la plaza, al lado de la iglesia, nos bajamos todos menos Cul.
-Hasta luego chavales- Dice por la ventanilla bajada, el brazo estirado por fuera del coche. La sonrisa en la boca . Los dientes blancos se reflejan en el pecho de la cazadora de cuero, cazadora que no se quita hasta que casi tiene que ir en manga corta. Cul es un tío guapo, metro ochenta y siete, pelo castaño y rizado, extremadamente delgado. Seguramente sea el mas guapo del grupo, lo sabe y con la chulería innata que tiene, y el toque macarra buscado, no para de cepillarse tías, tías buenas, gusta a todas, desde las pijas a las del barrio. Trabaja de nada, de vez en cuando ayudando a su padre en el negocio que este tiene de carpintería en un local diminuto, si entran tres se tiene que salir uno. El coche se pierde a toda la velocidad en dirección a la iglesia .
El resto bajamos andando por el paseo. Son las 8 de la mañana y todo el que te cruzas sabe que te la «has pegao» esta noche. La camisa por fuera, los zapatos que estaban limpios con manchas de bebida, las pupilas dilatadas. Todos bajamos andando sin hablar.
– ¿Unas porras?, venga joder que parece que venimos de entierro- Suelta Raf.
-A mi me hace, joder no voy a ver ahora a mi madre con este pedo- Responde Rubio.
-Va, yo me tomo un limón- Luca lo dice mientras se mira las Adidas.
-Puta manía tienes con los limones , te va a salir una úlcera. Estas todo el día que tienes ardores y después de beberte 12 copas con Schweppes de limón, en vez de comerte algo para regular el estómago, te bebes un limón. Jodido cabrón tienes que tener el Ph del estómago como la Bayer, meas ácido sulfúrico,. – se lo digo sin esperar que se vaya a tomar un café.
El tampoco se lo toma de ninguna manera, simplemente pasa del comentario.
-¿No vienes?.-Me pregunta Raf.
-No.- Me voy a trabajar.
Que me ahorquen si tengo ganas de ir a trabajar.
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