Nothing Could be Finner

Nothing Could be Finner

El verano se aproximaba y algo tenía que hacer.

Había enviado, unos meses antes, una solicitud de empleo por el verano a un centro del YMCA, en los Estados Unidos de Norteamérica.

Sería esta la primera vez que visitaría este pais, por lo que no pensó ser aceptado.

Sin sospecharlo, un día le llegó un telegrama aceptando su solicitud.

Con el tiempo apremiante, arregló todos los papeles que requeriría para viajar.

Al despedirse, con su madre llorando y su padre molesto porque no aceptaba que su hijo se fuera de ¨mojado¨ a trabajar al pais del norte, tomó su precario equipaje y emprendió el viaje.

Tras más de ocho horas de vuelo, llegó al campamento de Blue Ridge Assembly en Black Mountain NC. Era éste, un lugar paradisíaco enclavado en los hermosos bosques de Carolina del Norte. Dado que él siempre había amado la naturaleza, se sintió fascinado.

El primer día de orientación, les mostraron las instalaciones explicándoles en qué consistía el trabajo. Las ocho semanas de duración del contrato, abarcarían cuatro áreas diferentes: Front Desk, Food Services, Dinning Room y House Keeping.

Cada semana debía rotar de área, para aprender de todas y descansar de algunas, aunque cada una tenía su complejidad.

La primera, consistía en atender a los visitantes, recopilando toda la información y llenando los formatos correspondientes. Ésta tarea en particular, requería por supuesto un perfecto dominio del idioma inglés, el cual él no tenía.

La segunda, tenía como función ayudar en la cocina, desde la elaboración de alimentos, la puesta de las mesas y hasta el colado de la vajilla. El carecía de total experiencia

La tercera, debía encargarse de la limpieza de los cuartos, arreglo de las camas y recolección de ropa sucia. De igual forma cero experiencia.

La última, y más temida, debía mantener los edificios limpios, incluyendo el lavado de todos los baños comunes. Sin comentarios.

Todas las mañanas, había que levantarse al iniciar el himno del lugar : Nothing Could be Finner Than to be in Carolina in the Morning …….

Los primeros dias, transcurrieron entre la novedad de encontrarse en un pais extranjero y el ganarse unos cuantos ¨bucks«, con los cuales comprarse algo el único día que tenían libre a la semana y bajaban al pueblo más cercano.

Sin embargo, al pasar los dias todo parecía cada vez tener menos sentido.

Añoraba los dias en que en su casa, su mamá se encargaba de atenderlo y podía salir cuando le placiese a convivir con sus amigos.

Los sentimientos de su padre al despedirse, parecían tener cada vez más sentido.

Contaba los dias que le faltaban para terminar su contrato y retornar a su querido pais.

Los problemas, que en un principio le daban risa, como el equivocarse al llenar un formato en el Front Desk, el confundir Butter con Water cuando atendía la cafetería, el tener que levantar ropa interior en insanas condiciones y el tener que lavar decenas de baños utilizados por un mayor número de adolescentes, mal educados y caprichosos, representaba cada vez una carga mayor para él.

Pensó varias formas de rescindir su contrato, sin que le afectara demasiado, pero ninguna funcionó. Además, ¿con qué cara retornaría a su hogar sintiéndose un total fracasado?.

Se sentía solo y más desolado que nunca en su vida.

Súbitamente un día todo cambió.

Por las mañanas, esperaba con ansias el inicio de Nothing Could be Finner para levantarse corriendo, darse una rápida ducha y llegar a su puesto de trabajo.

Por las noches, no podía dormir esperando impacientemente que amaneciera.

Las largas jornadas de trabajo le parecían instantes y los días volaban sin poder detenerlos, al lado del ángel que había llegado, como caído del cielo, a darle sentido a su vida.

Por primera vez sentía aquellas ¨mariposas en el estómago¨, que sus amigos le contaban y él no lograba comprender.

Los momentos que tenían coincidentemente libres, tomándose de la mano se internaban en el bosque.

Ambos eras inexpertos en temas del amor, por lo que juntos aprendieron a besarse. Juntos aprendieron a susurrarse al oido sin importar idiomas. Juntos aprendieron a acariciarse. Juntos tradujeron y escribieron en servilletas de papel la letra de la canción ¨She Believes in Me» de Kenny Rogers. Juntos aprendieron………y aprendieron más.

La diferencia de idiomas, no representaba ningún problema, pues sus cuerpos habían aprendido ya a comunicarse en silencio.

En sus ratos nostálgicos, contaban tristemente los días que faltaban para que él tuviera que regresar a su país.

Nada los consolaba ante este inminente.

Cuando el fatídico día llegó, él le pidió que se escaparan juntos. Ella opinó que hay ocasiones en que la razón debe anteponerse a la pasión y aún al Amor.

Ambos se abrazaron y se besaron como nunca antes lo habían hecho.

Él lloró. Ella continuó.

Él le regaló una flor y el libro ¨The Missing Piece¨ de Shel Silverstein.

Ella lloró.

Y lloró.

Él le prometió que le escribiría y que el año siguiente volvería.

Y así todos los años, hasta que pudieran por fin estar juntos.

Ella lo esperó.

Él trató.

Y trató.

Y siguió tratando.

El destino decidió.

Ambos conservan un cassette con la canción de ¨Nothing Could be Finner…¨, el libro con la dedicatoria ¨You Are My Missing Piece¨ y una copia de la letra de ¨She Believes in Me¨……..

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