- Mamá había envejecido con cada macho parido, y seguía aumentando sus años con cada nuevo nieto, era una mujer rodeada de hombres. Sostenía de manera tan firme todo que sus arrugas dejaban ver cada momento de lucha vivida, sobre ella recaía la responsabilidad fugaz y tenaz de existencia . Sus manos llenas de hollín habían forjado en una tenaz batalla a un montón de hombres, que se mantenían en pie para fraguar la lucha de los olvidados, para recordarla a ella, mirando desde la vieja cocina a su hombrecillos de hollín.
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