Un selfie, un retrato

Dónde quedan nuestros recuerdos si es que no se van al rincón del olvido? ¿En dónde queda lo que fuimos, ese tiempo pasado que no queda congelado? Es, quizás, por este miedo a olvidar y a las ansías de querer recordar que florece la fotografía. Este medio no es más que una máquina del tiempo que nos traslada aquellos momentos que en nuestra memoria no quedaron plasmados con tanta claridad como lo puede ser un álbum de fotos. Agarrar las imágenes de nuestros antepasados es comprar un ticket para conocer y vivir ese tiempo, pero,  ¿qué pasa si aquel instante cuando te encontrabas en el regazo de tu madre nunca quedó ni en tu memoria ni en una imagen? ¿Qué pasa si no recuerdas el rostro de un pariente perdido? ¿Qué pasa si no recuerdas el rostro que veías todas las mañanas en el espejo?.

    Con la llegada de la democratización de la fotografía, con la invención del teléfono celular con cámara, difícilmente uno creería que pudiese existir alguien que no tenga una imagen de quienes te trajeron al mundo, incluso de la persona misma, de su “yo” pasado, pero resulta que aunque nuestras redes sociales estén llenas del llamado “selfie”, siguen habiendo personas que no pueden tener el ticket para el pasado. 

Nina Bolívar.

 63 años. 

Todasana.

 No tiene fotos de sus antepasados, eso no existía en esa época. Solo tiene tres fotos; cuando era joven, una foto robada de cuando estaba embarazada, y esta. No le gusta las fotos. En ningún álbum familiar aparece ella.

Ambari Virmar y Luceni Martínez.

15 años.

 Santa Lucía.

 Si tienen fotos de sus antepasados. Si tienen cámara, compacta y de celular por lo que se suelen hacer selfies.  Les gusta tomar fotos así como tomarse fotos. 

Juan Serrano.

Perdió la cuenta de su edad.

Es de Santa Rita, pero hizo la promesa en Yare y ahora se la pasa ahí. 

Escultor, pintor y le gusta el baile. Treinta años bailando en los diablos de Yare.  Tiene fotos de cuando era «chamito».  Tiene fotos de sus antepasados. No tiene cámara. «No tiene esos aparatos».

Marina.

57 años.

Lo Palos Grandes.

 No ha tenido cámara. No se ha tomado selfies.  Tiene fotos de su familia, pero la mayoría están en Colombia, «en la capital de la salsa» Dijo: «Hoy no trabajo, estoy de modelo» «Si tu vieras mi fotos de cuando era carajita me adoptas para que sea modelo del miss Universo» Tiene más fotos de cuando era adolescente.  Muchas personas le han tomado fotos en su puesto del mercado «yo soy la modelo de aquí».

Daison Gonzalez 

67 años.

Pueblo de Urama. Vargas.

56 años agarrando golpes en Urama.

Le dicen «el pelao» porque estuvo 7 años sin pelo.  No se ha tomado selfies. Toma fotos con celular. Nunca ha tenido una cámara.  No tiene fotos de sus antepasados, pero se mete en Facebook a ver fotos de sus nietos.  Ha salido en películas y propagandas que realizan en el pueblo. 

Iri y Andrés (su hijo)

17 años y 1 año. 

Santa Ana. 

No ha visto fotografías de sus antepasados. Ha tenido 3 celulares con cámara con los que ha tomado fotos.  

Pedro Salina Rivas 

73 años.

Urama.

Lo trajo el río de Carmen de Uria, con la tragedia. Perdió 11 personas y entre ellas a su mamá. 

Nunca se ha tomado un selfie. Tiene fotos solo de sus antepasados. De su padre no tiene, pero lo recuerda perfectamente.  La única foto de la mamá que lleva consigo es de la cédula de identidad.  Ha tenido cámara de celular.  Tiene fotos de sus nietos y de sus bisnietos.

Joseito

20 años. 

Santa Ana. 

Ha tenido cámara, pero de celular.Ha visto pocas fotos de su familia.No se toma selfies.

Ursula

73 años.

Santa Ana.

No ha tenido cámara.No tiene álbum familiar y nunca vio fotografías de sus antepasados.