De repente despertaron los dos, la luz se había encendido. Cuatro hombres armados fue lo primero que vieron. El hombre más joven tenía en brazos a su bebe, apoyándole  un revolver oxidado sobre la cabecita. Les robaron todo lo que pudieron, dinero, joyas, y el coche. No contentos con el botín se llevaron a su mujer y a su bebe a recorrer los cajeros automáticos para retirar todo el dinero que pudieran de las tarjetas . Gabriel no se salvó de una brutal paliza, lo que más le dolió fue los 3 dientes que perdió, le tenía más miedo al dentista que a esos desgraciados.

Al día siguiente,  sin más, resolvieron irse a vivir a Alemania, Greta su mujer, era alemana y tenía toda su familia allí. Gabriel era hijo único y toda la familia que tenía eran sus dos tías, Susy y Betty quienes se ocuparon de criarlo cuándo sus padres fallecieron. 

Cuando ellas se enteraron de la decisión se les desgarro el corazón, lloraron mucho.

Pasaron dos años y la relación con las tías se enfrió, ellas ya rondaban los setenta años y no tenían ni teléfono móvil, ni acceso a internet. 

– Susy, yo no puedo estar un día más sin ver a los chicos.

– Tienes razón Betty , no sé por qué dejamos pasar tanto tiempo. Mañana mismo vamos a comprar los pasajes. Quien te dice que , por ahí conseguimos dos alemanes con dinero y se nos acaban los problemas jajá.

A la mañana siguiente se dirigieron a su Agencia de Viajes.

-Señoras, para venderles el pasaje necesito sus pasaportes

-Véndanos uno pasajes sin pasaporte, aunque sean más caros..

Armado de paciencia les explico donde tramitarlo.

– Hola Marcelo, ya tenemos los pasaportes.

– Hola chicas, muy bien, ¿A dónde viajaban?.

– A Alemania, vamos a visitar a nuestro sobrinos.

– Que lindo viaje , ¿van a Múnich?.

– Si – Contestaron a dúo.

Ninguna de las dos sabia en que ciudad se había radicado la familia, No podían pasar un día más sin abrazarlos. Sintieron un gran alivio por el solo hecho de tener el pasaje en sus manos.

Era pleno enero y el verano se hacía sentir. – Betty , con el calor que hace no hace falta llevar tanta ropa, aprovechemos para llevarles regalos a los chicos.

– Tienes toda la razón Susy.

El día del viaje al fin llego.

-Voy a llamar a Carlitos para que mañana nos lleve al Aeropuerto con su taxi, nos hará precio y no nos robara nada.

El taxi llego puntual. – Vamos chicas, que pierden el avión.

– Tenemos los pasajes así que nos tendrán que esperar, sino los denuncio -grito Susy

-jajá, – el taxista no pudo contener la carcajada.

Una vez en el coche, las hermanas permanecieron en silencio, estaban ansiosas.

-¿Qué pasa chicas? ¿Nerviosas?.

-Sí, contestaron las dos.

– ¿Quién las va a buscar al aeropuerto?¿ Gabriel?.

– Nadie, es una sorpresa, no sabe que vamos. – Contesto Betty.

– ¿Cómo llegaran a la casa de Gaby?, ¿contrataron algún taxi?. Las dos se quedaron mudas, habían caído en cuenta que no tenían la dirección de los sobrinos.

– Carlitos….. no sabemos dónde vive, que horror¡¡¡

– ¿Pero a dónde compraron los pasajes?.

– A Alemania,

Carlitos era 45 años menor que las tías y sintió una compasión divina, las conocía desde pequeño.

Al llegar aparco el taxi  y las sentó en un banco .

A ver señoras, viajan a Múnich y no saben dónde vive Gabriel ¿Qué piensan hacer?

– No te preocupes, preguntaremos, alguien los conocerá, la familia de Greta es conocida-dijo Betty con una tranquilidad pasmosa.

– Ahh!!!!!! me olvidaba que las chicas hablan Alemán. No es un pueblito , Múnich tiene más de un millón de habitantes, es una de las ciudades más grandes de Europa, – ¿y si los chicos viven en la otra punta del mapa?¿qué van a hacer?

– Susy tomo conciencia de la realidad y rompió a llorar. – No hablamos alemán , será mejor que devolvamos los pasajes y volvamos a casa, esto es una locura, una locura!!!!.

– Tranquilas, están en presencia de un Homo sapiens, yo las ayudare.¿ tienen el teléfono de Gabriel?.

– Sí, dáselo Susy, está en tu agenda.

Le dieron el teléfono y Carlitos  lo cargo en los contactos de su móvil, le envió un mensaje a Gabriel contándole la situación y este respondió enseguida algo preocupado.

– Estas viejas están locas, jajá, estamos en Hanover a 630km de Múnich, no las puedo ir a buscar, que se tomen el tren en el aeropuerto , es lo más directo, yo las recogeré , pásame los números de pasaportes que ahora mismo les compro los pasajes y te los envió, si me haces el favor se los imprimes. Gracias por todo Charly.

– ¿Cómo que has contactado con Gabriel? Dijo Susy, nos estas engañando, como buen taxista que eres.

– Estuvo 30 minutos explicándoles cono funcionaba la aplicación y para que entiendan le pidió a Gabriel que le enviara una foto. Quedaron alucinadas.

A los 10 minutos Carlitos recibió un correo con los pasajes , los pudo imprimir gracias a la chica de la oficina de Reclamaciones y les dio las indicaciones a las tías explicándole por décima vez que tenían que hacer al bajarse del avión

Las dos durmieron casi todo el vuelo, no dejando dormir a los pasajeros que las rodeaban con sus ronquidos insoportables.

– Betty, mira que increíble lo pequeña que es la televisión de este joven. No era consiente que hablaba a los gritos, tenían los oídos tapados.

-Increíble, Perdón joven, ¿es muy cara esa televisión?

Mirando una película en su teléfono con los auriculares puestos, ignoro a las señoras gritonas.

Después de un viaje agotador, las sorprendió el pasaje nevado.

– Me parece que nos equivocamos de avión Betty, nos vinimos al polo norte.

-Alquilen habla español?? Grito Susy, repitiendo a los gritos el llamado de auxilio y temblando descontroladamente por los 18 º bajo cero. -Alguien habla español???? Señores Alguien habla español????, las dos continuaron a los gritos armando un pequeño escándalo. 

La policía se presentó ante los gritos desesperados de las dos señoras vestidas con ropa de verano que lloraban como niñas.

Ante la barrera idiomática , el policía rubio y alto hablo a su teléfono móvil y segundos después se lo hizo escuchar la grabación a las señoras.

Era una aplicación que traducía al instante cualquier idioma hablado en este mundo.

Incrédulas por la facilidad con que se comunicaban, después de más de una hora  en que los policías casi pierden la paciencia . Betty les hizo una oferta.

-Le doy 100 euros por el cachivache ese señor policía.

Una mujer policía los acompaño a la salida, y al pasar por el escáner, una de las maletas activó una alarma.

Utilizando el traductor le pido que abriera la maleta y dejara la carne fresca que llevaba.

-¿Y quién le dijo que llevo carne? yo no llevo nada, estos comunistas…..

La apartaron unos metros de la fila y le mostraron un monitor donde se apreciaba el contenido de la maleta

– Estos alemanes, madre mía!! – dijo mientras entregaba la carne en cuestión

– Increíble, no entiendo cómo pueden tener estas máquinas

La joven policía les metió  prisa para llegar a la estación de una vez por todas  y quitárselas de encima de una vez.

Llegaron al andén con el tiempo justo, la policía paso el pasaporte de las viajeras por el lector y se abrieron las puertas para que pudieran entrar, no era necesario el pasaje en papel, todo estaba automatizado.

El tren en el que viajaba alcanzaba una velocidad de 425km /hora. Totalmente automatizado no tenía conductor ni tripulación. En menos de dos horas estarían en Hanover.

Gabriel  estaba esperándolas en el andén con el resto de la familia. Traía con el ropa de abrigo, la policía aeroportuaria logro localizarlo a través de la base de datos familiares que disponían y le advirtió de la situación.

Betty y Susy durmieron todo el viaje profundamente, al llegar a Hanover el sistema automático del tren detecto que seguían en sus asientos y a través del altavoz les solicito que abandonaran el tren, obviamente no se enteraron de nada. En 15 minutos el tren retornaría.

La alarma sonó y las puertas se cerraron, Betty y Susy regresaban a Múnich . Cuando se volvieron a abrir las puertas dos horas después, se bajaron y comenzaron a los gritos

–ALQUIEN HABLA ESPAÑOL???? LQUIEN HABLA ESPAÑOL???

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