Hola Benitín:
Estoy preocupado, ¡ya no sé qué hacer! Me levanto todas las mañanas a darte un buen susto con mis amenazantes ladridos, pero tú pasas campantemente a mi lado como si nunca te hubiera atemorizado. No sé si es que he perdido mis cualidades de perro feroz, que ya no sales despavorido para treparte por los muros y tejados del vecindario cuando sientes mi presencia. Ya no se te paran los pelos cuando sientes mi aroma; tal vez piensas que estoy viejo y no podré atraparte, ¡pero te equivocas!, porque yo nunca dejaré de ladrarle a mis eternos enemigos como tú, aunque el encanto que me producía tu miedo, se haya perdido.
Aquí en el patio de mis humanos, me pongo a pensar si es que te habrás tragado* de una Kitty, y quieres hacerte el valiente frente a ella, o tal vez, te has acostumbrado tanto a mí que ya te da igual.
¡En fin!, contigo me ha sucedido exactamente igual que lo que a ti con el ratón…
Bravuconamente, Titán
*En la jerga de la costa caribeña colombiana, es estar enamorado.
Destinatario:
Gato Benitín
Casa de la abuela, callejón sin salida
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