Luna

Hace tiempo que te miro sin conseguir verte, nadas de espaldas al mar sin importante contra qué chocar. Te he buscado en las nubes de algodón de mi niñez, en el caparazón de tortuga de mi adolescencia y sólo hoy en la espiral del deseo de mi vida adulta te encuentro.

Tan suave, tan luminosa, tan profunda, adornas mi noches tenebrosas con esa rotundidad, pintas  lo oscuro en claridad, eres rugosa y omnipresente, fruto de mis anhelos, protagonista de cada uno de mis sueños.

Menguas, creces hasta hacerte la reina del profundo horizonte nocturno para luego desaparecer.

¡Ay cuando te vas!, despojas mis esperanzas vivas, cuento segundos para el reencuentro, eres esa dualidad de amor y fe, dejando un vacío cuando la gravitación te hace desaparecer.

¡Oh Luna, oh mi gran Luna!, siempre te busco, a menudo te encuentro y sin embargo permaneces siempre en mi mente con esa ficticia luz que no te pertenece.

Mi superficie es como la tuya, oscura, te necesito ahí, llena para absorber los cráteres de luz que iluminan mi insignificante existencia porque si tu puedes, yo también.

¡Oh Luna, oh mi gran Luna!