Iba en primaria, quería ser escritora. Me inscribí a un concurso de poesía con una magistral obra sobre nuestro lábaro patrio… Ganó la consentida de la maestra. Allí renuncié al patrioterismo, la patrioteria y al sueño de ser poeta, en lugar de eso, decidí salir al mundo a darme una poetisa.
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