Absorto he quedado, en mi viaje por el África negra al oír a los remeros “¡Guampa, guampa! ¡Guampa la empalé, guampa, guampa! Guampa leva y leva, empújala y la arandela zede, guampa, guampa”, se escuchaba aquella mezcla de canción y arenga que en un claro idioma wattussi al transcurrir el río.
OPINIONES Y COMENTARIOS