UNO- Luna
Besada por mil cometas y meteoros
Con la virginidad hecha memoria
Inunda mi poesía con tu helada
Testigo de que no todo es lo que parece
Perfección eterna y congelada
Hace una hora que la miro
Ya no eres quien creía
Ya no eres quien serás
Como una emoción que late bajo los ojos
Como el lago que es independiente del tiempo
Como tu cara que es suave como la montaña
La luna está
Sólo está
No es, siquiera.
DOS- Vino
Reemplaza en mis venas la sangre por tu líquido vibrante
Que lleva la voz de la noche.
Que cabalga en un corcel rojo de suavidad y ternura
Como mis pies, que gracias a ti tocan la tierra
El vino es un dios que se arrastra como las serpientes
Engaña y acoge como el recuerdo
Engaña y acoge como como la tristeza, que ya es nostalgia
Extraño optimismo el que nace en la lengua
Una promesa que se refugia
Donde lo humano es animal
Es tan lindo imaginar que es sangre
TRES- Atardece sobre las vias del tren en coghlan
Apenas si te despides
Te vas, y yo siempre con la culpa de haberte visto poco
Sé que te averguenzas de tu desnudez
Debe ser hermoso morir de tanto naranja
Lo que sigue, es la nada ante tu ausencia
CUATRO- Apagón
Ahora estamos bajo el agua
El tiempo se rompió como el más frágil de los cristales
CINCO- Llueve
Sientes frío
Una luz de hielo es la sombra de tus pecados
El día escapó una vez más a tus plegarias
Y ahora esta lluvia
Casi no recuerdas cómo vibraba tu piel
Dos canciones atrás
Te quitará lo poco que te queda
Hasta los colores que envuelven tu cuerpo
Cederán ante un enemigo milenario
El más simple
La paz puede ser un arma
Al menos la tristeza se ha confundido
Puedes verla flotar en el verdín del empedrado
Una brisa o el barro son más sinceros
Tu piel se independiza, poco a poco
Con cada gota
El mundo va a entrar
Trata de esconderte
Porque sin dudas te has equivocado
Ya tienes un nuevo dolor para llevar encima
Busca refugio, como si fueras una promesa
El enemigo eres tu.
SEIS- Fiesta
Hay en el aire autopistas de perfumes de mil colores
Emprendamos la lucha
El amor sólo se manifiesta cuando no hay testigos
Juguemos el juego
Con espadas hechas de vocales
Con tus ojos que nos dan ventaja
SIETE- Soñamos
Se arremolinan en el cielo
En gritos de brillantina
Otras veces, van separados
Caminan cada cual por su propio abismo
Son bellas nuestras manos, asi juntas, casi muertas
Me acerco al acantilado, o al volcán que arde
Puedo ser aún más mortal que en la vigilia
O ignorar este mundo diezmado
Antes de saltar te busco
Podrías ser hasta esa hoja de árbol bajo la roca
O vivir detras del horizonte
No nos urge despertar
Espero que llegue ese momento
En que, primero vos, despues yo
Nos durmamos
OCHO- Sin nombre
Es simple: escribir sobre el mar
NUEVE- Invierno
Revisó uno a uno los bolsillos
Era parte del trabajo
Además del placer de ver lo sagrado
Al devolver el objeto olvidado, la moneda, la tarjeta, el bolígrafo
Bajo la excusa del potencial arte destructivo de la plancha
Obtenía el perdón e incluso un agradecimiento
Pero ahora era distinto
Un diminuto papel amarillo
Escrito a mano
“Usted no morirá hoy”, decía el insolente papelito
Inofensivo como una gota de agua
Decidió no darle importancia
Tenía trabajo atrasado
Las máquinas ronroneaban autistas
Nadie había entrado hoy
Era extraño
El invierno había comenzado
Sólo de éso hablaban las radios
Las planchas exhalaban bocanadas de vapor
Siempre atraían algún friolento traidor
Que dejaba una prenda para limpiar
Aun sin necesidad de ser limpiada
Apartó el papelito con la frase
Había estado hipnotizado
Leyéndola una y otra vez
Lo introdujo en una bolsa plástica
Como para profesionalizar su atrevimiento
No veía por qué obrar distinto esta vez
Era sólo una frase
Podía ser una broma
O un juego de un niño
O un fragmento de un texto más largo
Insignificante
Continuó con su trabajo
Con su yo profundamente dividido
Entre la curiosidad y la pantomima cotidiana
Un verdadero maestro en el arte del planchado
El saco era demasiado común
Demasiado gris
Ni siquiera llevaba etiqueta
Ningún defecto, ninguna mancha
El forro quirúrjicamente cosido
Tampoco arrugas
El nombre de su dueño parecía haberse extraviado
Decidió plancharlo de todos modos
El mundo parecía esperar a que lo hiciera
Levantó la mandíbula del dragon de tela
Con sus enormes encías calientes
Le entregó la major parte del saco
Luego las mangas
Luego lo revisó varias veces
Una arruga en la manga izquierda
A veces sucedía
Volvió a plancharla
Necesitaba un descanso
Decidió esperar para revisarlo
Se detuvo a tomar un café
Y a mirar por la ventana de hielo transparente
Una niña caminaba junto a su abuela
En la vereda de enfrente
Un perro le ladraba y la niña se asustaba
Con cada sorbo se preguntaba si no era imprudente
Que existiera una bebida tan perfecta
Que entendiera la desolación de sus entrañas
El viento soplaba con alevosía
Afuera el mundo era de piedra
Una arruga en la manga izquierda
Otra vez lo desafiaba
Echó una mirada al papel
Que podía leerse a traves de la bolsa
“Usted no morirá hoy”
Por fin me la han jugado
Pensó
Nueve secretos habían sido ya encontrados
¿Sería éste el décimo?
Quizás imposible de ser violado
Rió como un idiota
Planchó nuevamente la manga izquierda
Y una vez más un café
Pareció llenar aquel abismo en su vientre
Tomó valor nuevamente
Miró por la ventana
Nunca había sentido mayor desamparo
La nota ahora otra vez en la palma de su mano
“Usted no morirá hoy”
Y otra arruga en el traje
Le rogó a dios que no sucediera
Pero en la vereda de enfrente, junto a su abuela
Un perro ladraba y la niña se asustaba
DIEZ-Los pájaros en la madrugada
Desperté
Ella no estaba a mi lado
Caí a un abismo de soledad
Salté de la cama y corrí solo y desnudo
Con los pies descalzos por la jungla húmeda y ruidosa
Luego perdido por las vacías calles del diminuto departamento en Santiago
Por fin la encontré
En el living
Frente al balcón
Acostada sobre el piso
Casi desnuda
Boca abajo, con sus suaves manos bajo la cara
Mirando hacia afuera
Qué pasa, pregunté
Amanecía
Nada amor, contestó
Escucho el canto de los pájaros
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