Palabras ahogadas estrangulan tu corazón.

Un muro inalcanzable evita su expresión.

Huyes, cual animal asustadizo de responsabilidades,

dejando mi alma y mi mente desbordadas.

Cómo es posible remar contra esta corriente que me arrastra

y deposita mi cuerpo inerte en el lodo de la ignorancia.

Siento amputadas mis esperanzas de un reconocimiento merecido.

Siento esa mordaza que ahoga mis gemidos.

Las lágrimas se depositan en un río seco, sin destino.

No más medallas, no más himnos, no más flores para el soldado desconocido.

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