Simón
dice:
“Cogerás la primera piedra que encuentres
y la arrojarás con tanta fuerza
que sientas que el brazo pierdes.
Ahí donde caiga tendrás permiso
para construir un basurero, un templo o hasta un
imperio.”
Así nació este mundo,
de un juego de niños,
porque no importa que explicación le inventen
nada tiene ni tendrá más sentido.
No importa tu historia viajero,
todo lo que puede ser nombrado tiene una,
si puedes hablar puedes soñar al mismo tiempo
y si no te das cuenta, hasta puedes ser el primer
hombre en la luna.
Así sin más
las normas de este juego:
hacer trampa es regla si sabes hacerlo,
estás condenado a construir un mundo
que no dure nada y sea eterno.
Todo
lo que te quepa en la cabeza
Yo era Pedro Camacho,
12 letras en un documento de identidad,
era 23 mentiras dichas por una mami
y otras tantas por un papá.
Pero este es el reino del hombre
y la ficción es una de las reglas de la
existencia
así que sin haber nacido yo, Pedro
Camacho ya era verdad.
Desde la escuela sólo me enseñaron a re
afirmar
las mentiras que decían de mí, de mis
compañeros,
de los adultos, de la vida, de la misma
realidad.
Entonces protesté contra la historia:
“¿y a mí qué si tú te la quieres creer?,
si sólo voy a vivir una vez,
yo mismo me la voy a inventar”.
Y desde entonces soy una mentira
porque lo que sólo una persona recuerda
nunca pasó de verdad,
pero está bien,
igual no tiene sentido cantarle a nadie
más.
Para ya no ser un 46,
para ser yo mismo,
para ganarme mi nombre,
yo corro y corro
y escapo de la realidad,
con cada uno de mis pasos una mentira
y corro para que algún día
mi mentira sea real,
porque mi farsa es mi patria
y mi invención, mi identidad.
OPINIONES Y COMENTARIOS