MÍRAME

Un tren que pasa con un estruendo,

cae la lluvia sobre la noche.

El miedo se alimenta, el valor se acobarda

en las noches oscuras se liberan las bestias.

Corre cuanto puedas, escóndete o lucha.

Cae la noche sobre la lluvia.

Mírame en silencio, pero mírame.

Canta conmigo no tengas miedo,

la noche se acabará, en algún momento.

Eso espero, eso espero.

Mírame en silencio, pero mírame.

Que mis ojos te guíen, que te borren el miedo.

Las bestias ya vienen con sus tormentos.

Cae la lluvia sobre la noche,

trae frío, relámpagos y truenos.

Cuando calla el mundo solo se escucha

a los idiotas que farfullan.

Ignorantes y fatuos liberan su ira,

en esta noche que nunca termina.

Tengo miedo, tengo miedo.

Escóndete hasta no escuchar nada.

Cae la noche sobre la lluvia.

¡Vienen!

¡Se acercan!

Prepara tus armas.

Mírame en silencio, pero mírame.

No tengas miedo

yo te protejo.

Corre cuanto puedas,

tal vez mañana ya no estemos.

Quizás nadie nos extrañe,

tal vez solo queden idiotas.

Cae la lluvia sobre la noche.

Mírame en silencio, pero mírame.

UNA CUNETA

Una cuneta que todos conocen,

un cuerpo que yace,

los inocentes se esconden.

Una trompeta, la brisa, una bandera.

Nadie sabe que la muerte los espera.

¿Cuántas lágrimas se derramarán

en este día tan siniestro?

Tal vez no quede nadie a quien llorar,

o tal vez, nadie que llore.

¿Cuántos niños se acostarán solos?

¿Cuántos no se volverán a levantar?

Alguien conoce el cuerpo de la cuneta.

Alguien no sabe si podrá parar de llorar.

El hedor de la muerte impregna la tierra,

nunca más la querrán pisar.

Puede que mañana no queden trompetas,

ni pistolas, ni fusiles, ni una bandera.

Los incautos mueren desnudos sobre botas de oro.

Las balas espesan el aire.

Puede que mañana ya no haya cuneta,

puede que la pólvora se la lleve inplacable.

El cuerpo que yacía ya no se encuentra,

ahora alimenta la tierra que ellos remueven.

Los culpables se muestran,

los inocentes se esconden

¿Crees que alguien lo podrá olvidar?

Mírale a la cara cuando le mates,

siente su luz, siente como se va.

El tacto de un gatillo es áspero y frío,

como el cadáver que resultará.

¿Crees que es posible

remendar algún día

el daño causado por tu vanidad?

Ya no se esconden, no guardan silencio.

Puede que hoy llegue tu final.

¿Estás asustado?

Ahora te escondes.

La pena los hunde y la rabia los hará explotar.

¿Crees que ahora podrás escapar?

La fuerza de los inocentes

que ahora se muestran

forja la cuneta en la que yacerás.

SALITRE

Llega la brisa azulada inundando orificios.

Arena en el pelo, salitre en los pulmones.

Enciende un cigarro intentando pensar.

Se marea por el humo que invade su cuerpo,

¿o el hedor a peces muertos le impide respirar?

¿Acaso no es más fácil dejarse llevar,

que luchar por la vida que ya no le importa?

Vibran las fibras de todo su cuerpo sólo imaginando.

Imagina una vida con sentido, imagina un día feliz.

Tal vez no baste tan solo con seguir caminando.

A su alrededor un profundo vacío.

En parte se alegra de su tristeza sin testigo,

congelando solo su mirada.

¿Podría siquiera soportar oscurecer el cielo

de aquellos que aún pueden verlo brillar?

¿En qué momento dejó de ver la belleza del mundo?

Ya no recuerda cuando podía escuchar el mar

sin estremecerse hasta los huesos,

sin si quiera pensar en la muerte.

No sabe que pasa con el mundo,

se siente ínfima, minúscula.

Se ve desde lejos, hundiéndose en lo más profundo.

Puede que mañana esté muerta,

¿realmente le importaría tanto dejar de existir?

No sabe lo que debería pensar,

se pregunta lo que debería sentir

para que la gente no la mire por la calle,

para que las multitudes sádicas no la conviertan en diana.

¿Es tan cínico este mundo que debes ocultarte

para poder caminar descalzo sin ofender a nadie?

Tal vez no sea tan malo hacerse pequeña,

puede que sea más fácil pasar por la vida de esa manera.

No puede evitar estar triste,

aunque se hace la fuerte.

Todos quieren encajar y ser comprendidos,

¿pero es realmente tan malo no encontrar tu lugar

en un mundo como este infectado y pestilente?

Le pican los ojos, ¿será por la sal?

¿Será por la arena? Tal vez por llorar.

Sólo sabe que eso significa

que todavía sigue con vida.

Podría permitir a la marea arrastrar su dolor.

Dejarse llevar por la brisa azulada,

por el salitre, la arena, los peces muertos…

y su hedor.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS