Sobre mi hombro voy con mi sentencia en la penitencia, sin armadura, esto es una dictadura, sin un consuelo, devanando el pensamiento, alejando cualquier anhelo, estoy encerrado con mis manos atadas, bajadas, un poco cansadas, mi alma navega desilusionada, apartada encadenada en la nada, mi vida apagada con una sonrisa fingida, una mirada perdida, confundida. Que solo me siento en esta fría habitación, está sera mi prisión, sentenciado me quedare aislado vivire, desolada mi reja, mi alma apartada de su libertad por hablar de tu verdad, mis manos sostienen mi condena, mi voz es silenciada, no puede hablar nada, mi libertad queda paralizada en un ambito desconsolador, siento mucho dolor. El eco de mi pensamiento surca en el aire de mi arrepentimiento, me quedo callado, mudo mi razonamiento. A lo lejos una esperanza avanza, un rayo de luz ilumina el contorno frio y gris de mi alma que grita por ti. Quisiera Padre irme de aquí, decíaria que el sol me despertará, que mi alma florecierá en esta mañana, me llevara en esta linda primavera, pero antes de este amanecer en este anochecer, veré antes nacer la estrella que guiará mi ser para que la acoja en ese rocío, donde se forman esos hermosos ríos cual saciara mi sed. Estoy en espera en esta cumpliendo mi sentencia esperando tu perdon, tu contestación, para librarme de esta prisión……….

Autor.Gerardo Alonso Hernandez

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS