«El ajedrez de la vida»

«El ajedrez de la vida»

Comienza la magnífica partida

del fascinante juego de la vida.

Inicia el primer movimiento el peón

símbolo de la más tierna infancia,

lleno de alegría, inocencia e ilusión

materia prima de ricas sustancias.

El segundo acto es del caballo

metáfora de la adolescencia,

la fuerza, energía, vigor y esencia

de la semilla que da paso al tallo.

Ahora le llega el turno al alfil

representación de la madurez plena,

perspicacia en acción, acto sutil

su jugada siempre es eficaz y buena.

Por último, es el turno de los reyes

encarnación perfecta de la vejez,

las piezas más valiosas según las leyes

establecidas desde antaño para el ajedrez.

Cada cual tiene sus propios anhelos

cada jugador posee sus aspiraciones,

cometen sus errores y sus aciertos

según los dictados de sus corazones.

La mente también toma las riendas

de cómo debe ejecutarse cada paso,

intuyendo cuáles serán las sendas

que le llevarán al éxito o al fracaso.

Hay mil maneras de ganar este juego

(lleno de intrigas, miedos y dudas)

y la clave está en este consejo:

dejarse guiar siempre del sosiego,

la razón y la seguridad; haciendo

que la impaciencia sea una voz muda.

Finaliza la historia de la vida

sobre el tablero de la partida.

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