Fui tu as de corazones,
aquel que al jugar
guardabas bajo manga.
Pensaba que algún día
sería tu prioridad,
pero sólo fui
tu carril secundario…
aquel que solías abandonar.
Fui esa bailarina
que daba vueltas…
en tu caja de música,
hasta que un día me encerraste
dentro de tu mundo de hipocresía.
Cada día,
quisiste que alcanzara el cielo
Y yo aspiraba a más…
a bajarte la luna.
Que pena de ti, viejo amigo
pues perdiste a esta mujer
que te quiso como ninguna.
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