Y me derrito poco a poco,

con las llamas de mis pasiones mas oscuras,

con el calor del sudor de mis temores,

con la adrenalina de mis pensamientos más ilícitos.


Me derrito

por las angustias,

por las vergüenzas,

por el miedo

que ocasionan mis pensares más íntimos.


Entre el alba y el ocaso,

se mantienen en secreto,

lo que quiero llevar guardado.


En la noche,

mis demonios más sangrientos

se deshacen de su disfraz.


Y me derrito poco a poco,

porque los demonios me controlan,

porque los santos no existen.


En mi corazón,

me derrito poco a poco,

debatiendo el amor y la tristeza,

debatiendo si fueron tus recuerdos

o mis arduas agonías.


En mi corazón,

me derrito poco a poco,

me convierto en un río que fluye

a lo largo de un pozo.


Que con palabras se arruinan historias, papeles, plumas,

se detienen las manos, la escritura,

se quitan sentimientos, pasiones.


No quiero decir lo que no debo,

crearé un camino difuso, rocoso,

para que me derrita poco a poco.


¿Qué he hecho?

La sangre en mis manos,

el cuchillo en mi mente.

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