El tiempo

¡Le pedí perdón al tiempo por reprocharle que se ha ido sin percatarme!, al ver el pasado entre sombras emanado y, engañoso mi futuro con sueños atisbado…

No me detuve en mis prisas, corriendo como hacen los demás, imitando la urgencia, la importancia del hacer del tener…

Pasé mil y un veces junto al señor ovejero, le quise preguntar: ¿son suyas las ovejas o las cuida para alguien más?, ¿tiene hijos esperándole en casa?, ¿ya se fueron?, ¿a dónde?, ¿son felices lejos del pueblo?, ¿usted es feliz cuidando ovejas?…

Aún trazo ese mismo recorrido y ya no está, se quedaron flotando las cosas que le iba a cuestionar, ahora la nostalgia de que todo cambia y no espera otra oportunidad, se acrecienta en mi pensar…

Y me quedé ausente de su mirada transparente, de su gesto al levantar su brazo para saludar, de su sonrisa sincera para que notar su presencia siempre pudiera…

Tampoco me paré en ese lugar, cerraba los ojos al pasar, imaginaba deleitándome con mi reflejo en esas aguas tan puras, tan calmas; tapizado en primavera el llano de flores, daba la impresión de estar encima del arcoíris, agudizados eran los aromas que se fundían de flor a flor intentando polinizar el planeta entero…

Y eso ambicionaba también yo, devorarme el mundo, y el mundo comenzó a engullirme sin masticar, sin revelar ¡y yo culpando al tiempo!…

Llevo en mis manos lápiz y papel, anoto lo que deseo perpetuar, y mi mente libera cualquier nota musical de los momentos y seres que la puedan encarcelar, que la puedan torturar…

Escucho mi respirar, el fluir de mi sangre por todo mi cuerpo, inundándome de una profunda pasión por la vida firme como mi andar…

¡Ahora ya lo vislumbro claramente cual señal! me revela ¡que no es mío y de nadie más! que si está, ¡está!, y que si se ha de ir ¡se irá! quien se antoje valorarlo es personal…

Manifiesta su presencia me concede el deleite de apreciar como se despiden año con año las estaciones proclamadas con sus diferentes lunas…

Y así, como es un goce el florecer de cada árbol, lo es la cautivante caída de sus hojas…

Y se tupe la tierra de nuevos frutos, de nuevos seres..