LA PESTE DE LA INDIGENCIA

LA PESTE DE LA INDIGENCIA

Aquel sábado en la tienda de don Beto, uno de los fundadores de la cuadra, el agite era como de fiesta, pero el motivo muy serio; la cuadra estaba adornada en sus árboles con bombas infladas por los niños, serpentinas colgadas por mujeres  y los avisos pegados por los más jóvenes en los postes de la luz eléctrica, pintados de colores, donde se leía “la cuadra se respeta” ;  “la mugre trae peste” ;  “transeúntes: respeten” , frases aprobadas por el vecindario que hoy se unía tal como lo habían  hecho antes para exigir el pavimento de la calle, exigir buenos servicios públicos, celebrar la fundación del barrio, la fiesta de los niños y la cena navideña para la cual  cerraban la calle  para los vehículos y adornaban con faroles los árboles y pintaban sobre  la calle un “FELIZ NAVIDAD.

Don Luis, jubilado de una empresa del estado, había dado la alerta:- “los desechables se están tirando la cuadra”  refiriéndose  a los que reciclaban,  mendigaban y drogadictos que se estacionaban junto a la reja de la cancha, En especial los sábados.- “Hacen sus necesidades en los árboles y se están quedando a dormir en los andenes, eso es un peligro” – manifestaba con ira Doña flora, la única viuda de la cuadra, que vivía con su hija y sus nietos; – “nos tienen hartos y nos están desvalorizando las casas “-decía don Gilberto, que trabajaba en un banco  y era de los más antiguos de la cuadra, quien con don Beto el de la tienda, dieron el grito de batalla “esta cuadra se respeta” , convenciendo al resto de vecinos  organizar un plantón ese sábado para exigirle aquellas personas que  transitaban diariamente ,respeto por la calle que era de todos pero responsabilidad de los que vivían junto a ella de cuidarla .

Los niños aprovecharon la cerrada de la vía para jugar, los jóvenes alistaron sus cámaras  de sus celulares y algunos se consiguieron piedras  por si tocaba guerrear con  alguien que se enojara,  y los adultos sentados en sus andenes con sus equipos de sonido y bebiendo cerveza  recordando los buenos tiempos de la cuadra a los nuevos inquilinos de la cuadra, arrendatarios algunos de ellos y demás vecinos solidarios del barrio.

Los esperados transeúntes no llegaron.- “alguien les aviso” -dijeron los muchachos, mientras algunos  coreaban victoria y otros velaron hasta que los llamaron a dormir. 

Un grito desgarrador despertó al vecindario a las seis de la mañana obligándolos a salir con sus prendas de dormir  primero que vieron  fue a doña Carmen, que madrugaba cada domingo a la misa de las siete, colgada de la reja de la cancha comunal señalando la calle: De los sumideros salían desfiles de cucarachas  en diferentes direcciones, causando gritos colectivos mientras que  don Beto, qué había salido  armado de una pala gritaba iracundo:- “llego la peste de la indigencia”.

WP_20160314_12_02_03_Pro.jpg

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS

comments powered by Disqus