Sentir, segundo a segundo, muy lentamente… el infierno de los días infinitos ninguneados de estrellas en la noche… una espina de hielo clavada en el corazón por los interrogantes que nos juega el destino ¡Porque es tú propio hijo quien padece esa enfermedad…! Qué pronunciar su nombre, instintivamente, fotografiamos en nuestro cerebro la imagen en colores sepia de un cementerio solitario… Es como ir caminando sobre un viejo puente colgante de madera situado a muchos metros del abismo… Si se rompiese una cuerda o nos traicionara el vértigo perderíamos algo más que la vida… Pero el gesto noble y valiente de seguir hacia adelante aunque el precio a pagar fuese muy alto… Engrandecería nuestro acto heroico por el hecho de no habernos quedados estáticos ni dudar ni un solo segundo en el desafío de cruzar o no ese puente. Simplemente… decidimos arriesgarnos sin volver la vista atrás… Esa enfermedad es el cáncer. Y todos luchamos en la “Gran Contienda”
En la Fundación… “Primera Esperanza” depositamos nuestras almas para que todo un ejército de corazones humanos se desviviese, junto a nosotros, con el objetivo que esta guerra fuese más llevadera ¡Millones de lazos dorados a todos vosotros! También quiero agradecer a todo el equipo de Oncología del Hospital “Virgen del Mar” el trato tan cálido, profesional y alentador que nos habéis regalado sin pedir nada a cambio. Para todos ellos un lazo de color dorado impregnado con nuestras lágrimas y besos. A nuestros padres, hermanos, primos… lazos dorados. A los pequeños empresarios de nuestro barrio por haber difundido la foto de Iván; nuestro trocito de amor celestial nacido de nuestra carne, sangre y semejanza… Más lazos color dorado. A nuestras amistades, que se desvivieron cual gladiadores peleando en la arena del circo, para que nunca nos faltase de nada; Apoyo moral, abrazos, muestras de cariño ¡Fuerzas y alientos! Por vosotros “superamigos” de verdad, lazos dorados con todo nuestro amor rescatado desde lo más profundo de nuestro ser… Habitación 313. Fue la morada durante bastantes meses de Iván. Con ocho añitos nos ha dado una lección de valentía, paciencia y coraje y sobre todo tomar conciencia de su “calvario” con un humor que jamás olvidaremos… “La vida es siempre color dorado” nos repetía una y otra vez mientras agarrábamos su manita tan fría y tierna. Recuerdo aquel 19 de octubre -día mundial contra el cáncer de mama- cuando cubrió su cabecita rapada con un pañuelo rosa y riéndose a carcajadas nos decía con su voz irónica y sabia:
“Si me pongo un parche del mismo color en mi ojo izquierdo hasta el Capitán Jack Sparrow creerá que soy un mariposita ¡Con lo machote que soy yo, jolines!” Su solidaridad con y para el prójimo es propio de su condición de “ángel terrenal”… Con tanto amor fraternal recibido… el dinero pasa a un segundo plano aun siendo tan necesario en esta enfermedad… ¡Gracias, exclama mi humilde corazón! Hemos sido una Gran Familia. Y la soledad ni se acordó de nosotros… ¿Verdad Iván?
FIN
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